Los virtuosos

El arte versa sobre la génesis, dice Aristóteles, el artista produce algo que podría ser susceptible de ser o de no ser, es decir, existe a partir de su creador, en él está su principio. El hacer arte es un modo de ser racional, insiste en las Virtudes Intelectuales en la Ética Nicomáquea. Entonces, la diferencia fundamental está en algo que es “susceptible de ser o de no ser” la obra no existe si el artista no la hace, reflexionarla no es suficiente, hay que materializarla, es un objeto que depende del raciocinio y de la voluntad de hacerlo. El trabajo conlleva la decisión de que sea arte, no otra cosa, las características de esa obra se dirigen a que el resultado produzca algo que se sume y le aporte a la realidad. En Abri Blanchard, Francia, encontraron lo que, hasta ahora, sería el primer dibujo de la humanidad, un grabado de hace 38 mil años, sobre piedra, realizado con puntos que representa a un toro. Los científicos afirman que no es arte “como lo conocemos ahora” que esto es parte de las “actividades sociales” de los individuos de la prehistoria. El estudio del arte antiguo se está reduciendo a un asunto de arqueólogos y no de académicos del arte, el pensamiento contemporáneo insiste en establecer fronteras temporales para validar el pensamiento y la creación artística, la pintura es “arte tradicional”, el arte prehispánico es arqueología y el Novohispano y Barroco, son arte histórico, sin presencia e influencia en el arte actual, es material de enciclopedia, nada más. El dibujo del toro no es “una actividad social”, es arte, ese dibujo existe por la voluntad de su creador. Esa obra está ahí, en la piedra porque el artista analizó las formas del toro, las consideró bellas y susceptibles de ser reproducidas, las sintetizó para que fueran algo distinto y algo más que el toro mismo, fabricó una herramienta para plasmarlas, eligió el soporte y la técnica de puntos. Ese proceso intelectual es puro pensamiento abstracto, y es arte como lo conocemos ahora, es dibujo, una de las actividades cognitivas más complejas de nuestro cerebro. El dibujo desde hace 38 mil años no ha cambiado, es una aportación que traslada el lenguaje a la forma, hay un decir que se separa de los vocablos y los sonidos, es el artificio de trazar a la realidad, a una historia, una imagen con líneas y sombras. El artista hizo un dibujo, algo bello para esa piedra, no otra cosa, no un arma, no una vasija, no algo “útil”, y además nos dice, 38 mil años después, que observó un toro, y nos deja imaginar que antes lo dibujó en la arena, lo borró y lo volvió a dibujar hasta que el resultado le parecía que merecía ser inmortalizado en la piedra. Ese dibujo nos dice que la voluntad de crear es la voz indestructible que nos preserva en la inmensidad del tiempo, que un dibujo es la consagración de una inteligencia que se negó a que la belleza del toro desapareciera. El arte es y debe ser como ese toro dibujado en la piedra, eterno.

Abri Blanchard
Abri Blanchard

 

0 0 voto
Calificación del artículo
Subscribir
Notificar a
guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
0
Danos tu opinión.x
()
x