En defensa de Peña Nieto

Hace tiempo el Presidente Peña dijo que la corrupción en México es cultural. No faltaron las críticas severas al mandatario por lo que se consideró un agravio nacional. En el recuento de frases y ocurrencias del sexenio seguramente estará ahí: “la corrupción es cultural”.

Muchos mexicanos al escuchar “cultural” piensan en nuestras tradiciones patrias, la comida tradicional, el pasado prehispánico, los templos católicos y hasta la Virgen de Guadalupe. Incluso se llega a interpretar con el “ser mexicano”, con los genes que nos determinan como mexicanos. Muchos entonces interpretaron el calificativo de Peña como un señalamiento a la raza. Es comprensible el enojo en quienes sintieron ataque a lo más profundo de su ser y la defensa de esos símbolos de mexicanidad. Sin embargo, “cultural” tiene otra acepción, una que le da la razón al presidente. Néstor García Canclini, respetado investigador social de México, define así la cultura: “el conjunto de procesos donde se elabora la significación de las estructuras sociales, se la reproduce y transforma mediante operaciones simbólicas”. Trataré de dar mi versión en forma menos erudita.

En prácticamente todos los grupos sociales hay códigos escritos (el conjunto de leyes y disposiciones) y no escritos, que norman la conducta de los habitantes. ¿Dónde están escritas las instrucciones para dar un abrazo mexicano con tres palmadas en la espalda?, ¿por qué son tres y no dos palmadas? ¿Por qué los hombres argentinos se saludan de beso en la mejilla? ¿Quién enseña a los japoneses a dar la tarjeta de presentación con las dos manos mientras hacen una leve reverencia con la cabeza? ¿Por qué los gringos no saludan dentro de un elevador (so pena de ser acusados de acoso sexual) mientras que los mexicanos además decimos al salir el protocolario y godinezco “con permiso”?

La respuesta es que todas esas costumbres forman parte de lo que los antropólogos llaman código cultural. La cultura es entonces un sistema de reglas, no necesariamente escritas, mediante las cuales los ciudadanos de determinada localidad enfrentan el día a día. Estas prácticas se transmiten de generación en generación a través del ejemplo, pero también de otras manifestaciones como el humor, las artes, y sucede en todos los ámbitos posibles de la cotidianidad: la casa, la escuela, la oficina. Podemos equiparar a la cultura con el modus operandi, es decir, con un sistema social. Si sustituimos esto en el dicho de Peña Nieto, tenemos que “la corrupción es parte de nuestro sistema social” y, ahora sí, ¿dónde está el valiente que se atreve a negarlo?

Toda cultura está regida, articulada, por un sistema. La importancia del sistema es mayúscula: moldea la conducta de los individuos. La corrupción sí es cultural porque forma parte de nuestro modus operandi. Esto no implica que todos los mexicanos sean corruptos, significa que hay una práctica que domina buena parte de las relaciones de los mexicanos, que es distinto. Arreglamos muchas cosas a través de la transa, lo hemos visto desde niños, está arraigado en nuestra forma de ser, incluso en nuestros dichos populares: “el que no es transa, no avanza”.

Quienes defienden el equivalente de cultural como racial, y están en desacuerdo con el dicho presidencial, ponen como argumento que el mexicano que cruza la frontera norte, automáticamente se comporta de otra forma, deja de tirar basura, usa el cinturón de seguridad al manejar, respeta los límites de velocidad y ve a la policía como una institución de autoridad. Esta misma prueba la aporto para sustentar mi dicho, la corrupción es cultural, es sistémica. Nuestro compatriota que ha cruzado de Tijuana a San Ysidro sabe que está en un sitio con otras reglas (otro código cultural). Luego entonces, es el sistema (gringo en nuestro ejemplo) lo que moldea la cultura.

En todas la nacionalidades existe gente corrupta, pero no en todos los sistemas florece la corrupción. Cada cultura (léase cada sistema social) tiene cierta proclividad y tolerancia a la corrupción. En nuestro caso, el mexicano, los símbolos de este nefasto mal social, son abundantes y muchos inconscientes, forman parte del panorama cotidiano de la gente.

El que la corrupción sea sistémica es una buena noticia: todo sistema es infiltrable y modificable. Necesitamos más científicos sociales y menos policías. Y paciencia, porque a menos que el cambio venga con un fenómeno de choque, la cultura cambia como el vino en la barrica. Fuera de este punto, no defiendo al Presidente.

@Eduardo_Caccia

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Jose Aguilar

Vaya, empecé leyendo con mucho escepticismo porque lo poco defendible de Peña es justo lo que su partido no respaldó. Pero termina con una nota interesante: ¿son más policías lo que nos hace falta? ¿Y todo con lo que nos vigilan: cámaras, patrullas, etc. que no sirve para desenmascarar a los corruptos y provocadores?

¿O necesitamos científicos y educación?

Antuan

Siempre q t pisan un callo te duele y gritas!! Pero el callo allí está!! Tapado por el calzado, un callo pegado a una pata hedionda,neja!! Aunque pa justificar decimos… bueno si!! Reconozco q toy jediondo pero hay otros cabrones q no se aguantan por lo jediondo ni a 100 mts!!! Cierto???

Eduardo Caccia

Gracias por leer y por el comentario. Necesitamos científicos sociales para influenciar el sistema social mexicano. Saludos

René Eduardo Caccia Mtz.

Siempre ha sido mejor la prevención que la corrección y para ello se requiere EDUCACIÓN y como dice el dicho, ésta se mama.

RAYMUNDO MARTÍNEZ PÉREZ VASCONCELOS

PRONTO VEREMOS COMO SE PUEDE ACABAR CON LA CORRUPCIÓN. LO CULTURAL EN TU ACEPCIÓN, TIENE SU LÍMITE….EL ENCONO DE LA SOCIEDAD, INICIANDO POR EL VÉRTICE DE LA PIRÁMIDE ESTRUCTURAL, QUIENES SON LOS QUE ESTÁN CADA VEZ MÁS RENUENTES A PARTICIPAR DADO EL ALTO % CON EL QUE LOS GOBIERNOS ESTÁN ASENTÁNDOSE VOLVIÉNDOSE, PRÁCTICAMENTE, LOS MAYORES ACCIONISTAS CON POCO TRABAJO Y GRANDES “UTILIDADES”. AHORA IMAGÍNATE A LA FURIA Y CORAJE DE LOS CIUDADANOS QUE CONFORMAN LA BASE DE LA PIRÁMIDE QUE TIENEN QUE GANARSE LA VIDA CON SU VIDA, LITERALMENTE, Y QUE ESTÁN CONVENCIDOS QUE SUS CARENCIAS SON PROPORCIONALMENTE DIRECTAS A LA OPULENCIA DE ESE ESTRATO.
POR ELLO NOS ESTAMOS VIENDO CON PROBLEMAS SOCIALES A LOS CUALES POMPOSAMENTE LE HAN LLAMADO DE “INSEGURIDAD” CUANDO QUE, EN REALIDAD, SON LAS MANIFESTACIONES INICIALES DE LO QUE SERÁ EL ESTALLIDO Y ROMPIMIENTO DE LA ESTRUCTURA SOCIAL. CON ALTOS COSTOS.

DRA CECILIA XIMENEZ GARCIA

Mis felicitaciones a Eduardo Caccia, no lo pudo decir mejor, si, nuestro problema de corrupción es cultural, un ejemplo de ello ha sido el prurito que ocasionó en algunos compatriotas el comentario del presidente, o es acaso que los ofendidos son los que si pueden lanzar la ´primera piedra, desafortunadamente somos poco reflexivos pero es algo en lo que tenemos que trabajar de manera consciente, la corrupción a veces es tan sutil que es fácil caer en cualquiera de los dos extremos del fenómeno.
Tenemos que ser cuidadosos para no contaminar a los menores con nuestra manera de hacer las cosas
Cuidado con creer que los científicos, intelectuales, maestros eméritos, escritores, premios Nobel no han sido corruptos !!!!! el espectro de la corrupción es peligrosamente amplio.
Felicidades Don Eduardo La educación no es la que se imparte en las escuelas esta va más allá de las aulas, hasta un analfabeta puede tener buena educación.

MARCO TÉLLEZ

EFECTIVAMENTE ES UNA SUBCULTURA QUE SE FUE GESTANDO EN LA ETAPA COLONIAL DESDE LA CONQUISTA ESPAÑALA, YA QUE LOS ESPAÑOLES DE ESA ÉPOCA ESTABAN MALACOSTUMBRADOS A COMPRAR Y VENDER CARGOS, INCLUSO ALGUNOS VIRREYES FUERON ENVIADOS EXPROFESO DESDE LA PENINSULA IBERICA PARA ACABAR A ESE CÁNCER SOCIAL EN LA NUEVA ESPAÑA; POR LO TANTO, SI TIENE UN ARISTA CULTURAL DICHO FENÓMENO Y DEBE SER COMBATIDO DESDE LA EDUCACIÓN CON PROGRAMAS A CORTO, MEDIANO Y LARGO PLAZO. LOS EXPERTOS SEÑALAN APROXIMADAMENTE 4 GENERACIONES DE 10 AÑOS Y SIEMPRE Y CUANDO,CADA UNA DE ELLAS LE DE CONTINUIDAD.
EDUCACIÓN, EDUCIÓN Y MÁS EDUCACIÓN.

Julio Ioseph May

Puede ser cultural tal como intenta explicar, sin duda es una enfermedad que afecta los pueblos latinoamericanos y se debe exterminar lo antes poaible

Eduardo Caccia

Gracias por leer y por el comentario.

rafael dominguez

Bien Don Eduardo muy bien, las palabras van cambiando por eso empleamos el termino cultural, no soy un experto en la lengua española pero antes se decía diferente, empleando el termino costumbres.
En muchos pueblos todavía se rigen por usos y costumbres, mismas que ya no son vigentes en la actualidad, pero se siguen usando.
Esas personas que se sintieron ofendidas tal vez no estén actualizadas con la nueva forma de expresarse, cuando era niño se refería a alguien sin cultura describiendo a alguna o algunas personas que no tenían estudios ni manera de tratar a las personas.
Creo que sigue aplicándose esta terminología, la gente sin cultura es la que no tiene estudios ni se actualiza.
Perdon a don Julio May es una enfermedad mundial, no es propia de Latinoamerica
Felicidades Dn Eduardo.

Eduardo Caccia

Muchas gracias por el comentario y por leer el artículo.

Javier Matus

Eduardo Caccia, soy lector de tus artículos y en general me gustan y concuerdo con su contenido, pero en esta ocasión discrepo con tu argumentación. Yo sí me atrevo a negar que “la corrupción es parte de nuestro sistema social” y no soy valiente, solamente razono.

Es correcta la acepción de cultura que nos brindas, pero si bien las reglas no escritas son parte de la cultura, no lo son de la cultura de todos, las personas que no son corruptas -que las hay- no tienen la ‘cultura de la corrupción’, éstas, si se puede decir así, ostentan la ‘cultura de la honestidad’. Para mí, manifestar que un fenómeno social como la corrupción es cultural es un escape a la realidad o una justificación de una conducta desviada o maligna. Las aseveraciones hay que ponerlas en contexto y hay que analizar de quién vienen. El Presidente es un individuo corrupto (obviamente no es el único pero la referencia del artículo es a él), en muchos aspectos está demostrado, y su afirmación de que “la corrupción es cultural” no es más que una protección contra su misma condición. El Presidente no puede hablar como ciudadano, debe hablar como Presidente y lo que mencionó sobre la corrupción no es de un estadista, sino de alguien que no tiene idea ni interés en corregirla.

La corrupción no es una conducta universal, es una conducta humana basada en la falta de valores y principios que implica el quebrantamiento del orden jurídico, del estado de derecho, en beneficio de intereses particulares. Cuando el estado de derecho se pierde por la corrupción y el gobierno no cumple su obligación de preservarlo se produce un deterioro social y la sociedad queda indefensa, pero no como parte del sistema social, cono afirmas, sino como ausencia de autoridad. Esto es lo que realmente estamos padeciendo en nuestro país. Si la corrupción fuera un mal cultural, como lo aseveró el Presidente, entonces el estado de derecho quedaría aniquilado porque significaría que éste está siendo permanentemente quebrantado por un ‘fenómeno cultural’, y lo peor es que nuestro Presidente no ha mostrado tener la capacidad de aplicar el estado de derecho.

Cuando el Presidente expresó esta sentencia yo no me sentí ofendido porque pudiera haber hecho alusión a mi raza. Más bien me sentí apesadumbrado pues lo sentí como un hecho nefasto, luctuoso, de desazón, de abatimiento, de derrota, de absoluta impotencia y entonces escribí en un artículo: “…El mensaje que el Presidente de la República transmitió el 20 de agosto de 2014 a la ciudadanía y a sus colaboradores es que la corrupción no va a ser combatida por su gobierno. Por eso concluyo que lamentablemente al mostrarnos esta determinación en una declaración pública, a toda la nación, es como decretar la institucionalización de la corrupción”. Y podemos comprobar que se ha cumplido, pues hasta el momento no existe ninguna acción firme, contundente, en contra de la corrupción, y ésta continúa desatada. ¿De qué nos sirve darle la razón al Presidente?

Eduardo Caccia

Gracias por leer mi artículo y por el reflexivo comentario. Sigo pensando que la corrupción es cultural, lo cual no implica que todos somos corruptos. Si hay un virus en el ambiente, no todos están contagiados. Coincido Javier con tu valiosa opinión respecto de la definición de corrupción. Nuestro diferendo puede conciliarse si establecemos que un sistema social es un conjunto de fuerzas que operan hacia y desde el individuo, en el que el libre albedrío sigue haciendo que sea el individuo el que opte por hacer o no hacer. Las personas que hoy decidimos no participar en actos corruptos somos, por desgracia, la excepción. El entramado del sistema está hecho para que la corrupción lubrique muchos aspectos de la vida cotidiana. Y esto no hace corruptos a todos. La ausencia de autoridad es otro síntoma de nuestro sistema social. En conjunto, es correcto que nuestro Estado de Derecho está siendo aniquilado por un fenómeno cultural, es decir por nuestra práctica social. Y esto, insisto, no nos hace corruptos a todos. Y tampoco significa que no hay remedio. Reconocerlo es el principio para darle la vuelta, si logramos influenciar el sistema, influenciaremos la conducta. Finalmente, coincido nuevamente contigo en que la declaración en boca del presidente no ayuda al entendimiento del problema pues se le dio una interpretación de ¿qué le vamos hacer si así somos? Yo creo que alguien le filtró la explicación, pero él no la entendió. No me extraña. Saludos

Antonio Flores Gómez

Lamento mucho que se justifique la corrupción como un acto cultural, esto hace corruptos (casi a todos) nuestros padres, abuelos, hermanos tíos , tías, etc. Que a nuestros gobiernos hayan llegado un grupo de personas (que los hay en la población, como en todas partes del mundo) que han institucionalizado la corrupción, con “el que no tranza no avanza”, y este modus operandi se haya institucionalizado y generalizado, no significa que no existan personas honestas (no santas) en nuestro país; con la corrupción se debe ser intolerante, paciente sí, pero intolerante, y más por nuestras autoridades, que deben ser las mejores personas de la comunidad las que ostenten los mandos y las riendas de nuestro país.

Eduardo Caccia

Don Antonio, lamento mi incapacidad para darme a entender con claridad. Esto de ser cultural no tiene nada que ver con nuestros antepasados ni implica que todos somos corruptos. Implica que para erradicar la conducta corrupta, ha de verse como un proceso sistémico. Ese sistema social es lo que su servidor y otros llamamos “cultural”. De ninguna manera para justificar que “así somos”, al contrario, para entender de qué forma todos, quienes están dentro de la corrupción y fuera de ella, podemos actuar para un mejor país. Gracias nuevamente por su reflexión, me ayuda a ser más claro.

Antonio Flores Gómez

Lo felicito efusivamente, hay muchas personas honestas.

Marcia Fragoso

Estoy de acuerdo, sin embargo, si en el gobierno se dedicaran a robar menos y construir más escuelas habría más conciencia política, cosa que ellos no quieren, porque nos guste o no, no están dispuestos a renunciar a sus privilegios, vivimos en un país en donde a muchachos de preparatoria que se reúnen para intercambiar libros, hacer deporte y expresar su descontento con la injusticia se les paga expulsandolos de la escuela o reprobandolos sin razón, desde ahi estamos mal

Eduardo Caccia

Gracias, Marcia, por el comentario y por leer el artículo.

Antonio Flores Gómez

El echo de que exista mucha gente corrupta en México, no justifica que nuestros gobernantes también lo sean, nuestros gobernantes deberían de ser un ejemplo de honestidad. En casi todos los países hay gente corrupta, pero los gobernantes deberían ser lo MEJOR de esa sociedad, que conduzca y transforme a la sociedad hacia un mejor futuro de bienestar.

Eduardo Caccia

Muchas gracias, Antonio, por el comentario y por leer mi columna. Estoy de acuerdo, deberíamos tener una aristocracia, el gobierno de los mejores, pero la palabra nos da miedo.

GERONIMO ASCENCIO

Eduardo tu lo dices en todas la nacionalidades existe gente corrupta, cada cultura tiene cierta proclividad y tolerancia a la corrupción. Yo me enojo mucho cuando alguien dice que los mexicanos somos los mas corruptos. Yo conozco varias culturas y todas son corruptas. LA DIFERENCIA ES QUE EN MEXICO HAY EL 100 % DE IMPUNIDAD, el ejemplo que tu pones cuando cruzas la línea fronteriza te portas bien porque sabes que allá el índice de impunidad, es casi Cero, y dijo casi, porque también en los Estados Unidos hay policías corruptos. Y si me molestó que nuestro presidente diga que la corrupción en México es cultural. El problema que tenemos es que nuestro presidente NO TIENE AUTORIDAD MORAL para combatir la corrupción. SALUDOS

Gonzalo A. Guerra

Difícil decisión defender lo indefendible (EPN), pero el concepto de “corrupción = asunto de cultura” es razonablemente compartible. Rescato un fragmento de artículo publicado en Ruiz Healy Tiems el 08mar16 escrito por Luisa Ruiz: “Cultura es absolutamente todo, con todas sus ramificaciones, cultura es aprender, pensar, actuar congruente, compartir y eso es toda forma de ser cultos. No solo son libros y museos, pinturas y esculturas. Es la educación que se tenga de cada cosa que haga funcionar, o no, a la sociedad. La cultura del ahorro monetario, de energéticos, de agua. Cultura de la disposición y deshecho de la basura, cultura vial, cultura del comportamiento correcto, cultura de la estabilidad emocional, cultura del deporte.” Es decir: CULTURA ES UNA FORMA DE VIDA. Es pues, un “modus operandi”.
Y repito contigo: “fuera de este punto, no defiendo al Presidente”

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