Entre los muchos retos que deberán enfrentar en el futuro los gobiernos de los países con economías emergentes, están los que integran la agenda global como la problemática derivada de la acelerada destrucción de la naturaleza y el cambio climático, al igual que todo el mundo. Sin embargo, estos retos deberán afrontarlos en el contexto de un crecimiento demográfico muy acelerado, característico de varios de estos países, con una importante recomposición de sus poblaciones por el envejecimiento y la creciente urbanización.
Es claro que los países con economías emergentes tienen como prioridad promover el crecimiento económico, base del desarrollo social y económico equitativo y sustentable ambientalmente. Los países con economías emergentes deben sacar de la pobreza a buena parte de su población y reducir desigualdades ancestrales. Pero esta labor debe realizarse sobre nuevos parámetros que detengan la destrucción del ambiente y la sobreexplotación de los recursos naturales. Asimismo, deben mitigar las causas del cambio climático, así como adaptarse a algunos aspectos del mismo. Esto es, dado el avanzado estado de la destrucción de la naturaleza, los países con economías emergentes no pueden seguir la ruta que tomaron los países desarrollados, basados en un crecimiento depredador y destructor de la naturaleza. Ahora, es necesario cambiar los esquemas de producción y consumo a nivel global para evitar que el futuro de la humanidad y de la civilización contemporánea esté bajo riesgo.
La realidad contemporánea es que existe una emergencia climática global que pone en riesgo, como nunca antes en la historia, el destino de la humanidad y la viabilidad del planeta.
En buena parte del análisis de las megatendencias globales al 2050, varios países que en las últimas décadas han sido catalogados como economías emergentes, estarán entre las 10 potencias más importantes del mundo. Entre ellos, China e India serán la primera y la segunda, seguidas por Estados Unidos que será la tercera. Entre el grupo de los primeros diez países estarán también Indonesia, Brasil y México.
A raíz de la reciente Cumbre de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, celebrada en Nueva York, quedó una vez más, claramente de manifiesto la necesidad de tomar acciones globales urgentes ante la nueva evidencia científica, la cual revela el agravamiento de los problemas derivados de la creciente contaminación y de la destrucción en todos los ámbitos. Se han rebasado los nueve límites naturales del planeta, en algunos casos más allá del punto de no retorno.
En materia de Cambio Climático, el Acuerdo de París de 2015 fue un avance importante en la generación de consensos globales. Sin embargo, el propósito de que la temperatura media del planeta no rebase 1.5° Celsius, medido desde la época pre-industrial, es un objetivo que parece difícil de alcanzar, ya que numerosas previsiones apuntan en el sentido de que esta meta será rebasada en el curso del siglo XXI. Los recientes Informes del Panel Intergubernamental contra el Cambio Climático (IPCC) señalan el agravamiento del problema en todos los ámbitos. Las nuevas investigaciones de la comunidad científica no hacen sino confirmar la intensificación de la problemática que afecta la vida, la salud, la alimentación, la actividad económica, la migración y la gobernabilidad.
Frente a estas realidades, es fundamental fortalecer el multilateralismo, debilitado desde varios frentes políticos. Asimismo, surge la necesidad de buscar soluciones globales y locales. Para el logro de ese propósito debe continuarse con la difusión y la divulgación de la problemática que estamos enfrentando.
En este sentido, Naciones Unidas aprobó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. De esta forma, la consecución de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) compromete a todos los Estados Miembros de la ONU. Los ODS deben ser vistos en forma integral. Estos objetivos están interrelacionados.
La Conferencia de las Partes de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP) tendrá su 25 reunión anual en Santiago de Chile entre el 2 y el 13 de diciembre. En esta reunión los países deberán tomar medidas destinadas a mitigar los efectos del Cambio Climático que nos amenaza a todos con aumentos de temperatura, sequías, inundaciones, huracanes e incendios como no se había visto nunca antes. Es conveniente insistir en las afectaciones a la agricultura, la acidificación de los océanos y el rompimiento de la cadena alimentaria marina, los deshielos, entre muchos otros problemas.
En el marco de la COP 25 que se celebrará en Santiago de Chile está un plan global para recuperar tierras degradadas y reforestar cerca de 900 millones de hectáreas con un billón (un millón de millones) de árboles nuevos.
Cabe señalar, por último, que en el contexto de estas consideraciones, el Club de Roma ha emitido un Plan de Emergencia Planetaria Climática; sus principales puntos serán comentados en futuras colaboraciones. Se trata de la implementación de un plan de acción inmediato derivado de la gravedad del problema.
En ese sentido, no deja de ser estimulante la reacción de grupos juveniles en varios países. Finalmente, el tema logra salir de los medios científicos y diplomáticos, así como de un segmento del público educado para trascender a otros sectores de la población. En esta labor ha sido muy valiosa la aportación de Greta Thunberg, la joven sueca que encabeza esta protesta juvenil.
Es importante recordar que se trata, no sólo de salvar el planeta, nuestro hogar común, sino de hacerlo y simultáneamente lograr que todos vivamos mejor. Se trata, como lo enuncia la Agenda 2030 de Naciones Unidas, que nadie se quede atrás.