El poder de quien podría ser próximo presidente

Un escenario al calor de las encuestas

Si como lo apuntan varias encuestas, López Obrador gana las elecciones por un amplio margen, tendremos una concentración del poder en el presidente que marcará un cambio frente a lo que el país ha vivido en años recientes. A continuación, enumero algunas de las razones que fundamentan mi opinión.

1. Si la ventaja llega a ser arrasadora, el arranque de la nueva presidencia será muy distinto al de Calderón y Peña Nieto, quienes ganaron por márgenes estrechos (en otros países, los resultados obligarían a una segunda vuelta electoral, lo cual también sería saludable para México).  Esta situación fue aprovechada por AMLO y algunos otros grupos para cuestionar la validez de las elecciones.

2. La probable victoria de Morena en la gubernatura de la Ciudad de México, sede de los poderes federales. Este escenario llevaría a una situación inédita, ya que desde 1997 cuando se eligió a Cuauhtémoc Cárdenas como el primer gobernador del entonces Distrito Federal, el dirigente(a) de la capital de México ha sido del PRD, mientras que el presidente de la República de un partido distinto.

3. El conocimiento de los candidatos(as) está centrado en los cargos ejecutivos y son muy pocos(as) los que saben quiénes serán sus legisladores(as). Si bien esto ha sido una constante de las elecciones en México, creo que ahora la ignorancia es mayor. Quizá esto tenga parte de su explicación en la decisión certera de no invadir el país con plásticos contaminantes y carteles con imágenes de los candidatos, cuyo resultado final era enormes pilas de basura. Sin embargo, no se hizo otra campaña alternativa para que el electorado pueda conocer por lo menos los nombres y/ o retratos de quienes estarán en las boletas (es una lástima que una plataforma como la de Voto Informado de la UNAM, no sea más ampliamente consultada).

En estas condiciones, creo que ‒lejos de votar de forma diferenciada‒ la elección para congresistas será un reflejo en cascada del puntero del voto presidencial.  Así lo señalan los recientes resultados de la encuesta Mitofsky que calcula que la coalición “Juntos haremos historia”, podría llegar a tener de 236 a 298 de los 500 diputados(as) y entre 51 y 73 de los 128 senadores.

voto

4.El incierto futuro de los partidos políticos integrados a las otras coaliciones. No está claro cuál será su identidad después de las elecciones. ¿Cómo podrán tener un papel de importancia como oposición en una época caracterizada por el pragmatismo y la ausencia de propuestas? ¿Cuál será la suerte del PRD si pierde el gobierno de la capital? ¿Se podrá reconstruir un PAN agraviado por las fracturas y heridas causadas por sus propios militantes? ¿Y el PRI? ¿Será capaz de superar su asociación con la impunidad y corrupción que ‒desafortunadamente‒ en este país no le son privativas?

5. El vigor del chapulineo. Con una clase política que parece cada vez más alejada de principios y objetivos, y más cercana a “sálvese quien pueda”, muchos(as) estarán pensando dónde colocarse y, si Morena es el partido que tiene más probabilidades de ganar, quienes todavía no lo han hecho buscarán engrosar las filas de un partido tan magnánimo que, independientemente de su calidad moral, acepta de todo: tanto a representantes de los sectores más agraviados de la  población  excluidos de las políticas públicas recientes, como a respetables académicos(as) preocupados por la lacerante desigualdad social; a exdirigentes del PAN, miembro(as)  de policías comunitarias, grupos evangélicos y parientes de Elba Esther.

6. Las facultades del presidente del país también se verán fortalecidas por la “Ley de Seguridad Interior” que fue aprobada en diciembre de 2017 y que otorga nuevas capacidades de acción al Ejecutivo a través de las fuerzas armadas. Con este regalo ‒producto de la iniciativa de un grupo de legisladores priistas‒, el nuevo gobierno federal tendrá un acrecentado poder para actuar en todo el país a través del ejército (algunas de las representaciones de Derechos Humanos ya han criticado esta nueva disposición).

7. La postergación de los acuerdos del nuevo Tratado de Libre Comercio que, engañosamente, nos hizo creer que más allá de los cambios sexenales, existía una normatividad en la política económica exterior a la que tenía que ajustase el presidente de México (¡y también el de Canadá y Estados Unidos!).

8. Otros factores derivados del efecto Trump, un presidente que ignora o anula todos los acuerdos previos a su antojo. Si en el país vecino prevalecen una pauta de hacer política marcada por la voluntad y los caprichos de un dirigente atípico, entonces, ¿qué nos puede garantizar que en México y otros países el ejercicio de un presidente sea diferente?

Desde luego, a un mes de las elecciones el resultado todavía está por conocerse. Las encuestas actuales no son del todo precisas, algunas de ellas también han señalado la existencia de un alto número de indecisos(as) que impide adelantar el voto. Por eso, lo aquí planteado no deja de ser más que un posible escenario.

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eduardo montiel

opiniones pendejas

Leonel Gutiérrez

Ilustranos con tu sabia opinión

Alfonso García

¡Pobre eduardito!
En dos palabras deja ver su ignorancia y el ardor que le causa ver que alguien opina.
Probablemente eres pariente de arturito.

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