Brasil. ¿Llegó la hora de crecer?

Brasil es la segunda economía emergente más importante del mundo. En muchos aspectos, la economía de este país es un ejemplo a seguir, especialmente desde la gestión pasada, cuando se llevaron a cabo varios cambios estructurales de fondo que le permitieron despegar más que el resto de las economías latinoamericanas.

Sin embargo, hoy en día hay dos preocupaciones principales. La primera es una desaceleración en el crecimiento de la economía, la cual ha ido en caída desde el 2010, cuando su PIB creció a 7.5%. En el 2011 el crecimiento del PIB fue de 2.8%, menos de la mitad del año previo, y para este año se espera 1.9%.

La segunda es el problema de la inflación, el cual se situó por encima de lo que se había previsto anteriormente. En una encuesta realizada por el Banco de Brasil la semana pasada entre los analistas del sector privado, se prevé que la inflación se ubique al cierre del 2012 en 5.11%, cuando una semana antes la expectativa era de 5.0%. La inflación tocó en julio el 5.2%, cuando la meta por parte del Banco Central se encuentra en 4.5%, con posibilidad de que ésta se encuentre en 1 ó 2% por encima o debajo del objetivo.

El problema es que si la inflación continúa en niveles elevados, el Banco Central de Brasil no podrá llevar a cabo un recorte adicional en la tasa de interés, que se encuentra en niveles de 8% y que ya ha sido reducida en 450 puntos base en los últimos 12 meses. Estamos así en una encrucijada. Por una parte la inflación se mantiene en niveles mayores a lo esperado, y por el otro, el crecimiento de la economía ha ido disminuyendo desde el 2010. Si el banco central baja las tasas de interés como intento de reactivar la economía, la inflación se disparará. Si las sube para controlar la inflación, afectará el crecimiento económico. Por ello, es probable que el Banco Central deje la tasa de referencia en 8%, aunque los mercados están anticipando un recorte de entre 50 y 75 puntos base en la próxima reunión del Banco de Brasil.

Por otro lado, el país necesita reformas estructurales de fondo que permitan el crecimiento sostenible. Una de ellas es en infraestructura, la cual actualmente no es suficiente para soportar los niveles de crecimiento que se buscan. Asimismo, el gobierno no puede hacerse cargo de toda la inversión necesaria, por lo cual este miércoles la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dio a conocer un ambicioso paquete de inversión y estímulo de 65 billones de dólares como esfuerzo de impulsar la infraestructura a través de la inversión extranjera y en un plan a largo plazo, mirando a futuro en los próximos 30 años. Esto se hará a través de la venta de las concesiones en carreteras, ferrocarriles, aeropuertos y puertos a los inversores del sector privado.

Asimismo, se esperan medidas adicionales por darse a conocer, como nuevas exenciones de impuestos a los productores, reducción de impuestos sobre la nómina para una amplia gama de sectores y la reducción de los costos de energía para los productores con recortes en impuestos federales y locales.

Si bien estas medidas no tendrán un resultado inmediato en el crecimiento de la economía, a largo plazo el impacto puede ser muy positivo, especialmente al provenir de una iniciativa que incluye la inversión extranjera en sectores necesarios para el crecimiento. Habrá que ver qué tan bien se gestiona la iniciativa y si esta se concreta exitosamente

¿Y Brasil cómo inversión en la bolsa?

A principios de año Brasil se encontraba como una de las regiones preferidas de inversión de casi todas las instituciones financieras. Los analistas esperaban rendimientos atractivos en la bolsa brasileña basados en una valuación por múltiplos muy barata y a una buena expectativa en varios indicadores económicos como crecimiento en el PIB e inflación controlada. Sin embargo, los resultados no fueron como se esperaban. El rendimiento de enero a la fecha del principal índice accionario, el Bovespa, ha sido de tan sólo 0.62% en Reales y de -6.95% en dólares. Si tomamos en cuenta la caída desde el nivel más alto al más bajo en lo que va del año, éste ha sido de -26.72% en dólares y de -14.92% en Reales.

Sin embargo, esto no es del todo negativo. De hecho, hoy en día el mercado brasileño presenta múltiplos más bajos, lo cual lo hace más atractivo, especialmente si tomamos en cuenta que las expectativas de crecimiento de la economía son mejores para el 2013 que las del 2012, lo cual, de cumplirse, sería el catalizador para el tan esperado desempeño del mercado. El punto está en si el gobierno brasileño será capaz de impulsar sectores como el de infraestructura, esencial para el crecimiento económico, al mismo tiempo que controla la inflación y logra un mayor crecimiento económico.

En mi opinión, no debemos perder de vista este mercado, que podría presentar el crecimiento tan esperado desde el año pasado, y cuyo catalizador podría estar más cerca de lo que muchos creen.

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