Quisiera ser eugenésico, sí y qué

Y ¿qué tal que le dijeran que puede usted elegir las características de su hijo o hija? Parece muy exagerado, ¿verdad? Pues ya no lo es tanto. Quien haya visto la película GATTACA, sabrá que lo que apenas hace veinte años se planteaba como ciencia ficción, hoy es una realidad tangible.

¿Por qué no? Seamos sinceros. Todos deseamos tener al mejor de los hijos, para ello antes recurríamos a fórmulas no probadas. Tener sexo en Luna llena, comer ciertos alimentos para garantizar niña o niño, o rezar a no sé qué santo.

Pues bueno, nada de eso es necesario en la actualidad (hoy, no en cincuenta años), es posible mediante procedimientos cada vez más comunes, por ejemplo, elegir el sexo del niño o niña, verificar a nivel embrionario que no tenga alguna deficiencia genética, constatar que mi futuro hijo –hoy embrión‒ no tenga “X” enfermedad.

¿Qué hay de malo en eso?, en la prensa le llaman –con un cierto tono despectivo‒ “bebés a la carta”, pero insisto, si tuviera la oportunidad, ¿usted no lo haría?

Eugenesia

Imaginemos la siguiente situación hipotética. Tengo la posibilidad de elegir entre cinco embriones que existen gracias a los avances en genética, generados por medio de la fecundación in vitro. Me dicen que el embrión (uno) tiene propensión a la diabetes, que el embrión (dos) tiene proclividad a desarrollar un cáncer de hueso, que el embrión (tres) probablemente devendría en un adulto hipertenso, que el embrión (cuatro), aparentemente no tendrá ninguna de las anteriores enfermedades, y que el embrión (cinco) es el más sano de todos. Que en su genética está ser fuerte, atlético e inteligente. Respecto de lo guapo o guapa, nada nos dijeron. Seamos honestos, ¿a cuál elegiría?

Hoy, dado el avance científico, tendríamos que preguntarnos inclusive, si no es nuestro deber moral, nuestro deber como padres, elegir al mejor en lugar de aquel que, posiblemente, llegaría a ser una persona con serios problemas de salud.

Vuelvo a preguntar, ¿a cuál elegiría? Yo creo que, en dichas circunstancias, es efectivamente nuestro deber moral elegir al mejor. Nos podrán acusar de eugenésicos, pero ¿y qué?, yo por mis hijos aguanto cualquier cosa, hasta que me digan esas palabras extrañas como “eugenésico”.

Al final del día ‒seamos honestos‒, todos queremos lo mejor para nuestros hijos, inclusive aquellos que aún no nacen, aquellos que apenas estamos programando. ¿No cree?

0 0 voto
Calificación del artículo
Subscribir
Notificar a
guest
1 Comentario
Más viejo
Nuevo Más Votado
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
Luis Felipe Jiménez

El debate es ético y contemporáneo, mejor dicho, es contemporáneamente ético. Para nosotros, me incluyo, no es tan fácil decidir si somos tan poderosos o no. Yo escogería que no tenga la disposición genética qur me determinó X condición, más no enfermedad, porque mi postura ética frente a lo que antes era mi enfermedad, así me lo dicta. Mis contemporáneos ven mi condición como una enfermedad y me proponen ciertas medicinas para hacerme sentir mejor, aunque no curar, algo que para rllos es incurablr. Yo la acepto como condición, así dude de la veracidad de la carga genética, pero no quisiera que un hijo mío la padezca. @felipepoet

1
0
Danos tu opinión.x
()
x