Crónicas Catalanas (I): Video Quartet de Christian Marclay

Para llegar al Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, hay que atravesar las sinuosas y estrechas calles del Barrio Gótico de la capital catalana. Barcelona es una ciudad de aires nostálgicos y de cierto modo cinematográficos, que se deja ver e imaginar en sepia y blanco y negro. Luego de una larga caminata, dejo atrás el pálido sol de primavera que baña las calles del centro para adentrarme en la profunda oscuridad de la sala. Me acomodo plácidamente en uno de los bancos del rincón. Las personas entran y salen constantemente, ajenas a mi presencia. Llevo más de 30 minutos mirando fijamente las imágenes proyectadas en la pared y no puedo parar.  Me encuentro en una especie de trance, hipnotizada por el caleidoscopio de figuras que desfilan ante mis ojos, ejecutando una rara coreografía sonora. Maria Callas, Jimi Hendrix, Danny Kaye, Barbra Streisand, Jack Nicholson, Bob Dylan, Meryl Streep, Léon Theremin, Sid Vicious, Gregor Piatigorsky, Roger Daltrey, Arthur Rubinstein, Frank Sinatra, Jascha Heifetz, Oprah Winfrey, Liza Minnelli, Elvis Presley, Louis Armstrong, Ella Fitzgerald, Fred Astaire, Jack Lemmon, Charlotte Moorman, Humphrey Bogart y un centenar más de actores, actrices, directores, cantantes e instrumentistas, aparecen vertiginosamente ante mis ojos, recortados de películas cinematográficas rodadas entre los años 20 del siglo pasado e inicios del siglo XXI. Literalmente extirpados de sus contextos originales para ser ingeniosamente reensamblados en una nueva narrativa audiovisual a través de un collage contrapuntístico a cuatro voces.

Fotograma de la obra Video Quartet de Christian Marclay.

Video Quartet (2002) de Christian Marclay (Estados Unidos, 1955)* es un video instalación que utiliza cuatro proyecciones simultáneas de innumerables fragmentos de filmes con actores y músicos, todos emitiendo algún tipo de sonido.  Sus acciones, las cuales conllevan gestos sonoros y visuales, se prolongan a través de los cuatro cuadros de manera coordinada, resignificando sus personajes y sus películas simultáneamente. Agrupaciones de más de 700 clips con figuras tocando pianos, guitarras, alientos y cuerdas son sobrepuestos y secuenciados, recreando melodías, armonías, ritmos y texturas tímbricas insospechadas. Como en una composición polifónica, Video Quartet se organiza a partir de pasajes temáticos ordenados sonora y visualmente de manera interna y propia, que a la vez se articulan a través de un juego de tensión y relajación empleado en el uso de sus materiales. Como en la secuencia en donde Marilyn Monroe, en el emblemático pasaje de la película Gentlemen Prefer Blondes (1953), canta una secuencia de reiterados “no”, justo antes de interpretar Diamonds are a Girl’s Best Friend.  Este fragmento se encadena con los de otras actrices histéricamente clamando “no” en diferentes películas y con segmentos operísticos en los cuales figuran prime donne en interpretaciones trágicas y directores orquestales con ademanes histriónicos. Estas imágenes y sonidos se fusionan poco a poco para alcanzar un creciente nivel de tensión, un monumental crescendo que alcanza su clímax con la clásica escena del grito de terror en la ducha de Psycho (1960), de Alfred Hitchcock. El arco dramático que se produce en esta sección se distiende y desdibuja para descansar sonoramente después de una cadenza perfecta que culmina con la aparición de Julie Andrews cantando Do-Re-Mi en The Sound of Music (1965).

Video Quartet.
Fotograma de la obra Video Quartet de Christian Marclay.

Christian Marclay compone un cuarteto audiovisual a partir de la emulación de una de las agrupaciones instrumentales de mayor tradición en la música de concierto occidental.  Como los intérpretes en un cuarteto de cuerdas, la banda sonora de cada una de las cuatro proyecciones interactúa con las otras en el espacio arquitectónico de la sala, recreando unísonos, acordes, escalas, arpegios, modulaciones, choques y consonancias. Todo este material es ensamblado a través de un minucioso proceso de edición que denota el finísimo oído y perspicacia visual de su autor. El trabajo de reciclado de Marclay se remite a una actitud de subversión de los valores del arte tradicional, heredera directa del conceptualismo de Fluxus y del ready made duchampiano. La apropiación de material preexistente y derivado de la industria hollywoodiana se reconfigura y recontextualiza en una composición musical, entendida tanto en su organización sónica en el tiempo y en el espacio, como también en términos de composición visual. De igual manera, Video Quartet dialoga directamente con el concepto de plunderfonía propuesto por el compositor John Oswald (Canadá, 1953) en los años 80.  Oswald sugiere una especie de piratería de audio, en donde el sampleo y el collage sonoro son utilizados para la creación de nuevas composiciones a partir de grabaciones preexistentes. Aunque en el caso de la plunderfonía la edición podría distorsionar las grabaciones de las obras originales sin perder su reconocibilidad, Marclay opta en Video Quartet por mantener intacta las cualidades acústicas de los audios originales.

Video Quartet.
Fotograma de la obra Video Quartet de Christian Marclay.

Más allá de su evidente virtuosismo en el trabajo de edición de imagen y sonido, la obra de Marclay funciona como un torbellino de referencias cruzadas que resulta ser un verdadero festín para cualquier cinéfilo empedernido. La cuarta proyección de la obra está a punto de iniciar y yo continúo en la sala, mesmerizada y sin poder decidirme a salir. Resignada, me dejo llevar una vez más por el lúdico mosaico sonoro en movimiento.

Notas:
* Video Quartet (2002) forma parte de la exposición Christian Marclay. Composiciones. que estará en cartelera hasta el 24 de septiembre en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona.
https://www.macba.cat/es/exposicion-christian-marclay/1/exposiciones/expo
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