¿Qué es la inflación cósmica?

En astronomía el término inflación se aplica a la etapa inicial de la expansión del universo. El cosmos que logramos observar contiene cerca de cien mil millones de galaxias, cada una con alrededor de cien mil millones de estrellas con sus respectivos planetas –el Sol es una de ellas–.

Por tal razón, entre las grandes preguntas que se hace la ciencia es entender el origen del universo. Hasta donde sabemos proviene de las fluctuaciones del vacío. Me explico. Supongamos que tenemos una caja de la cual pudiéramos extraer todos los átomos hasta que no quede ninguno. En esa caja todavía habría algo, materia y antimateria que continuamente se están creando y aniquilando. De hecho, no sólo la caja sino todo el espacio tiene esa propiedad, estamos sumergidos en las fluctuaciones del vacío. En promedio la energía del vacío es cero.

Muy de vez en cuando las fluctuaciones son tan intensas que desprenden energía, en el caso que nos concierne, suficiente para crear nuestro universo. Esta energía es tan abundante que hace que el espacio se expanda de manera acelerada, a lo que llamamos “el periodo de inflación del universo”, el cual ocurrió hace 13,800 millones de años. Lo sabemos porque midiendo la velocidad de expansión del universo, podemos saber cuando inició. Por cierto, la energía responsable de la expansión del universo es 70% de lo que lo conforma.

Durante los primeros minutos después del inicio de la inflación, parte de la energía se transformó en materia. La materia común de la que estamos formados nosotros, a saber, de átomos, protones, neutrones y electrones, es sólo 4% de la materia que se produjo durante el principio de la expansión del universo. Ésta es la que forma a las estrellas y a los planetas y a la que podemos estudiar porque emite y refleja la luz, misma que podemos captar con nuestros telescopios, analizarla, y así conocer las propiedades de los astros.

Algo interesante es que la mayor parte de la materia que existe en el universo no es la de los átomos de la tabla periódica, sino materia oscura que no absorbe ni refleja luz, de manera que no la podemos ver, pero sí podemos observar cómo su gravedad influye en los objetos visibles. Por ejemplo, gracias a la materia oscura las galaxias se mantienen unidas. El 26% del universo está compuesto de materia oscura.

Es interesante notar que 70% del universo es energía oscura, 26% materia oscura y 4% materia común. Sólo 0.005% del universo es radiación, es decir, luz visible, ondas de radio y el resto de la radiación electromagnética. Ésa es la radiación que nos permite conocer a los objetos visibles, por tanto, esa minúscula proporción de lo que existe nos revela dónde están las galaxias, de qué están compuestas, cómo se mueven, cuál es su fuente de energía, cómo nacen y evolucionan. Ciertamente hemos logrado este prodigio puesto que somos una especie curiosa con una mente poderosa, capaz de diseñar aparatos para atrapar y analizar la radiación e interpretarla.


Regresando a la inflación, al subrayar que el universo surgió de las fluctuaciones del vacío, por eso los astrónomos decimos en nuestra jerga que éste surgió de la nada y que puede haber otros universos que también surgen de la nada. ¿Cuántos?: infinitos. Cada uno con distintas propiedades que hasta el momento ignoramos porque están totalmente desconectados del nuestro.

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