Santacolomeños

Las ganaderías mexicanas en los últimos años han buscado la variedad mediante la importación de astados de España, bien sea físicamente cuando fue posible hacerlo en 1996 o con el uso de diferentes tecnologías de reproducción en los siguientes años.

Xajay lidió el 10 de diciembre de 2017 una corrida de ocho toros en La México con algunos astados de Villar del Águila, de los cuales varios tanto en su pelaje como en su encornadura y su morfología física, revelan que la ganadería ha trabajado con astados de Santa Coloma, uno de los pies de simiente de Victorino Martín.

La ganadería española tiene como antecedente el hierro de Ibarra que dio pie a la mezcla a principios del siglo pasado, para que el Conde de Santacoloma tuviera dos vertientes; la de Albaserrada que es una mezcla de Santacoloma y Saltillo y lo más puro en manos hoy en día de los sucesores de Joaquín Buendía.

Los toros prototipos de este encaste son bien armados de encornadura y en su pelaje muestran, entre otras coloraciones, la de cárdenos; esto es mezcla de pelos negros y blancos; como lo fuera el quinto de la tarde de nombre “Qué Bonito” y que correspondió al torero tlaxcalteca Sergio Flores, quien mantiene su buena racha en el coso de Insurgentes y logró un trofeo por una faena compacta a un toro que acometía con codicia, humillado y con recorrido.

A Castella le correspondió un toro en segundo lugar con el que tuvo una destacada actuación luciendo su experiencia, su grado de madurez a sus más de 20 años de alternativa, misma que (por cierto) sucedió en Beziers (Francia) con dos que por ahora caminan por su propia avenida taurina, y me refiero a Enrique Ponce y José Tomás, el primero padrino y el segundo testigo de la ceremonia de investidura del francés, como matador de toros.

Ginés Marín deja ver buenas maneras en su quehacer taurino y refleja lo bien que ha caminado en Europa, donde se convirtió en la sensación de la temporada por sus grandes actuaciones, en especial la tarde de su confirmación de alternativa en Madrid. Sin embargo, no tuvo enemigos a modo y nos deja con la expectativa de verle con otra materia prima.

Luis David Adame también pudo conectar en el capote y con la muleta con el aterido público, por el frío que corría en el Embudo de Insurgentes, convertido en una nevera en la que resaltaban las prendas de invierno de los asistentes; tampoco la suerte suprema fue su aliada, pero dejó una grata impresión de amplias posibilidades a futuro.

En pocas palabras, de seguro Xavier Sordo busca más un comportamiento como el de “Qué Bonito” que el de los otros astados, poco emotivos, dejando mucho qué desear en su comportamiento, tanto con el hierro de Xajay, como de Villar del Águila, y seguramente buscará en sus empadres la respuesta a sus inquietudes de criador, el ahora también, empresario taurino.

Poco más qué decir, en general, de lo acontecido el 10 de diciembre y enfilarnos a la corrida del 12 de diciembre, en la que a beneficio de los damnificados se celebrará una corrida especial en su puesta en escena y se alterará el orden de lidia con base en las alternativas; además, se recurre a emparejar un torero español y un mexicano, empezando por Pablo Hermoso de Mendoza.

Antes de rasgarse las vestiduras por el desacato al Reglamento Taurino de la capital, es importante que tomemos en cuenta que los matadores están de acuerdo y las autoridades también, sin embargo, sea el hecho, un caso excepcional y no una constante.

El lleno para el martes está asegurado y la plaza lucirá sus mejores galas para demostrar que el toreo, como parte de las tradiciones mexicanas, está siempre presente para aportar a paliar el dolor que causó a México los movimientos telúricos que nos sacudieron físicamente y en el alma.

Sabíamos que La México, como ya lo hizo en septiembre, alzaría la mano y todo el medio estará volcado para decir “¡Venga México! Tenemos futuro”.

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