Se estremeció el toreo

Los huecos en los carteles de las plazas del mundo cada día están estrechos para aquellos que inician su andadura en la fase de matadores de toros, desde luego, siempre en la vida y en el toreo hay excepciones –y una de ellas–, la constituye el peruano Andrés Roca Rey, quien desde novillero y ahora como matador de toros, se ha constituido en imán de taquilla.

Pablo Aguado nació un 3 de enero en Sevilla en 1991 y debutó con picadores en 2015 con Ginés Marín en el cartel, y quien triunfó rotundamente el 11 de mayo en Aguascalientes con toros de Villa Carmela: Pablo, licenciado en Administración y Dirección de Empresas, no le fue de la misma manera que a Andrés. Por cierto, en Aguascalientes en la misma fecha que Ginés, también tuvo buena presentación el extremeño, Álvaro Lorenzo.

El año pasado en Madrid, en la Feria de Otoño, Aguado se abrió un espacio en los carteles de la Feria del Bombo, pues le correspondió al sevillano tomar el lugar del diestro murciano Paco Ureña, quien en Albacete sufrió una pavorosa cornada, sin embargo, demostrando una gran afición, Paco ha vuelto a los ruedos y así prosigue su carrera.

Pablo Aguado.
Torero sevillano Pablo Aguado (Fotografía: El País).

El 23 de septiembre de 2017 tomó la alternativa Pablo de manos de Enrique Ponce y de testigo Alejandro Talavante con toros de Garcigrande en la Real Maestranza de Sevilla.

Y con muy pocos festejos se presentó a confirmar la alternativa en Madrid para sustituir a Ureña, al lado de su testigo de alternativa –ahora también su padrino de confirmación–, Talavante y Jiménez Fortes, con un toro de Victoriano del Río, el 28 de septiembre de 2018, y ahí obtiene una oreja que pasea con gallardía en el ruedo madrileño.

El azar jugó a su favor, pues seguramente tenía asumido Pablo que iba a esperar en la banca el que su ceremonia de confirmación madrileña sucediera; aprovechó la oportunidad y con ello aproximó un lugar en la Feria de Sevilla que con tanto éxito se ha celebrado este año.

Datos que ubican la magnitud de lo que significó para el toreo la tarde del 10 de mayo de 2019 en la carrera de Pablo, pero más aún en el toreo, que se sacudió al transcurrir con aires del pasado glorioso su grandiosa actuación ante los magníficos astados de Jandilla, trayendo a la memoria a personajes como Chicuelo, Pepe Luis Vázquez y Antonio Bienvenida, los mejores toreros de todas las épocas y cuyo concepto de tauromaquia parecía olvidado.

Pablo Aguado.
Torero sevillano Pablo Aguado (Fotografía: Andalucía Información).

Demostró Aguado que, ciñéndose a lo clásico, es posible provocar un terremoto en su propia tierra, eufórica la multitud, al final del festejo lo paseó en hombros en su salida por la Puerta del Príncipe, de la cual ya tiene un récord Julián López El Juli” con seis en su carrera, delante de todos los que por ahí han salido en alas de la gloria.

Julián muy inteligente cuando fue entrevistado durante la corrida del 10 de mayo, declaró con embeleso sobre Morante de la Puebla, Roca Rey y desde luego sobre Pablo; no reparando en elogios con gran categoría para los tres y en especial para el sevillano, lo cual demuestra la categoría del madrileño quien, en el micrófono, supo estar en figura grande.

Si buscamos tres nombres para integrar un cartel con sabor añejo, ¿cómo vería usted en el ruedo a Diego Urdiales, Emilio de Justo y a Pablo Aguado con toros de Fuente Ymbro? Demuestra ese trío, que el toreo tiene más barajas de las que parecía contar en tiempos modernos, toreros con una tauromaquia clásica y que muchos daban por muerta. Hay que gritarlo con fuerza: ¡El toreo clásico está más vivo que nunca! Y eso queridos aficionados, hay que festinarlo.

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