Riesgos geopolíticos, ¿puro pesimismo?

La cada vez más agitada escena política en Estados Unidos, su enfrentamiento político-comercial con China, el creciente “populismo” europeo además del Brexit, los desafíos de la Cuarta Revolución Industrial y los complejos escenarios que se atisban en México y Brasil, son algunos de los Principales Riesgos Globales en 2019 que avista el influyente think tank de estrategia política Grupo Eurasia (EG).

Ese balance observa que el actual ambiente geopolítico “es el más peligroso de las pasadas décadas” que puede evolucionar con efectos serios en el futuro próximo. Atribuye ese horizonte a que las crisis surgen de un mundo sin liderazgo, en medio de una economía que no va bien y mercados cada vez más volátiles “aunque resistentes”.

Ese tanque pensante denomina “Malas semillas” al principal riesgo global: que empeorará la pugna entre el Ejecutivo estadounidense, Donald John Trump, y las instituciones. Estima que, en dos años de gobierno, se ha dañado “la legitimidad e instituciones democráticas” de ese país y da estos ejemplos: una abrumadora mayoría de ciudadanos no confía en el Congreso; ha desaparecido el centro político y los medios sociales minan la confianza en la verdad.

China y Estados Unidos

 

Al profundizar la división entre sus partidarios y opositores, Trump ha transformado las instituciones de gobierno “en campos de batalla políticos”. Así, al persuadir a un alto porcentaje de estadounidenses de que el sistema está contra él, pone en riesgo la funcionalidad a largo plazo de una democracia representativa. Por ello, si en 2020 es derrotado nada volverá a ser como antes, estima EG.

No obstante, ese grupo no anticipa la declaración de Emergencia Nacional del magnate-empresario y que, a nuestro juicio, sí es un riesgo global. Esa medida, para que el Congreso libere fondos y así construya la barrera para blindar la frontera sur, busca tensar la liga para obtener beneficios “hiperpersonales” (reelegirse) y no del bien común, señala atinadamente José Luis Valdés Ugalde. Y preguntamos: ¿hasta dónde está dispuesto a tensar la relación con México?

De ahí que sea oportuno pasar revista al punto 8 de los Top Global Risks, que es México. Para EG, el presidente Andrés Manuel López Obrador comienza “con un grado de poder y control sobre el sistema político no visto desde los años noventa, ‒y alerta que– con él la política será más impredecible”.

eurasia top risks

 

Y anticipa que se avecinan factores de riesgo internos como: 1) la posible reforma a la Constitución “a su deseo”; 2) la caída económica si el Congreso de Estados Unidos no ratifica el nuevo Acuerdo trilateral y 3) que, de no controlarse la inseguridad este año, rompería “fácilmente” el récord del más violento que fue el 2018.

Mientras, entre los gigantes geopolíticos, se prevé que vuelva con más fuerza la crisis comercial entre Estados Unidos y China, pese a la tregua entre Trump y Xi Jinping, pactada en la cumbre del G20. La clave es el sistema económico chino, en lo que Beijing no transige y Washington insiste; por ello los expertos afirman que “Algo importante se rompió en esa relación y nada garantiza que se restablezca”.

Y desde el Atlántico asoma el riesgo global de Europa que, sin los británicos, ya no es lo que era. Con la canciller alemana Ángela Merkel en modo de sucesión y el presidente galo Emmanuel Macron con apenas 23 por ciento de preferencias, repunta el protagonismo de los euroescépticos.

EUROESCEPTICOS2019

 

Tanto así, que en los comicios parlamentarios de mayo esos, “fuera de la corriente europea”, se llevarían la victoria.  Y por ello surgen dos inquietantes preguntas: ¿Qué hacer con esa derecha? y ¿Cuál es el objetivo a largo plazo de la Unión Europea?

Para los países desarrollados el caos tecnológico es otro riesgo global inminente para EG. Es todo un desafío que los gobiernos regulen con firmeza el uso de datos de sus ciudadanos, y, a la vez, impulsen a la siguiente generación hacia tecnologías emergentes.

Ese dilema lleva al penúltimo riesgo global: el Populismo. Y es que, en la naciente Cuarta Revolución Industrial, subsisten minorías agraviadas y desencantadas sin capacidad para forzar el cambio de sus élites en el poder. Ese salto tecnológico ‒que promete más desarrollo y ciencia ‘humana’‒ significa la pérdida de empleos para los no educados en la Revolución postindustrial. “Son parte de un creciente sector que cree que sus sistemas políticos no atienden sus necesidades y, por tanto, objetivo del populismo”.

Por último, Brasil ya es una alerta roja porque ha “retornado una dictadura” con el triunfo del derechista Jair Bolsonaro, tras 20 años de monopolio del Partido de los Trabajadores en la política nacional. Según EG, el exmilitar no tiene apoyo popular “aunque exhibe una agresiva centralización del poder”; por tanto, él se concentrará en controlar el Congreso para reformar la Constitución. Pese a ese contexto, el informe estima –optimista‒que el país saldrá adelante, pues no hay amenaza comunista, “no es Turquía ni Venezuela”.

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