Qué tal estimado lector.
En esta ocasión quiero invitarte a reflexionar sobre un concepto del cual oímos con frecuencia, pero quizá no hemos podido comprender las diversas aristas que contiene y por ende cómo puede sernos útil para mejorar nuestra vida.
El concepto es: “Zona de Confort”.
Muchos dirán, “Ahí quisiera estar siempre”, pero, ¡no! No es lo más conveniente. La “Zona de Confort“se define como el entorno que conoces y dominas, pero no es un estado en el cual debamos permanecer. Por el contrario, es conveniente reconocer esa zona para ir más allá, aprender, experimentar y mejorar.
Todos tenemos una línea de vida, atrás está nuestro pasado, éste es nuestro presente y al frente está nuestro futuro. Parece simple, ¿no es así? Pero si nos preguntáramos en este momento cómo quisiéramos que fuera nuestro futuro es probable que respondamos, “No lo sé. No tengo ni idea. Lo que sí sé es lo que no quiero que ocurra”.
Lo normal es que puedas decir qué te gusta y qué no te gusta de tu presente. Y, si te detienes a pensar, puedas identificar lo que te gustó y lo que no te gustó de tu pasado. Sin embargo, es probable que la incógnita de lo que deseas para tu futuro permanezca.
En general, desde pequeños nos enseñan multitud de conocimientos, pero no nos enseñan a confiar en nosotros mismos. Por creer en ti y tener claro lo que pretendes puedes ser tildado de prepotente. Muchos te dirán, “Hijo, lo que hay que hacer es trabajar duro, sacrificarte y aceptar tu destino. Soñar despierto es una pérdida de tiempo”. El pensamiento budista postula como el camino a la felicidad: “Desea poco, y aquello poco que deseas, deséalo poco”. Hay muchas fábulas que se han inventado para que los demás dejen de soñar. Una pena porque, en realidad, lo que hay que hacer es soñar con lo que quieres, ponerle fecha de caducidad a tu sueño y trabajar para alcanzarlo. Te puede ir muy bien en el futuro. Todo depende de lo que tú creas.
Lo primero que tienes que hacer es tomar conciencia de algunos sencillos conceptos, entenderlos y ponerlos en práctica. Uno de ellos es “Zona de confort”. Ésta es la zona metafórica donde estás cuando te mueves en un entorno que dominas, las cosas te resultan conocidas y cómodas. Sean éstas agradables o no. Por ejemplo, estar en el tráfico, algún regaño de tu jefe o pasarla bien con tu pareja son “Zona de Confort” porque es lo que conoces. Tus habilidades, conocimientos, actitudes y comportamientos son también parte de tu “Zona de Confort”.
Más allá de tu “Zona de Confort” está tu zona de aprendizaje, y de esa zona trataré EN PERSPECTIVA en nuestra próxima colaboración… ¡No te la pierdas!
La vida cotidiana es una construcción en la zona de confort. Las razones para permanecer allí son biológicas —para la parte primitiva del cerebro allí hay comida, refugio y (su nombre lo dice) comodidad.
Tiene que dolerte mucho lo que pueda apartarte de allí. ¿Cuánto nos tiene que doler algo como sociedad, pareja, hijos, padres o personas?
Ojalá que los dolores experimentados nos den motivos para pisar en lo desconocido, porque de lo más amargo es ver una mujer que tolera violencia como un costo aceptable, o que como ciudadanos no pensáramos antes en sacudirnos el yugo previo, sólo por decir dos ejemplos.
Lo que hay para mí y para México por delante es la zona de aprendizaje. Yo no me la puedo perder.
Es realmente sorprendente que os apoyéis en nuestro video “Te Atreves A Soñar” en términos de texto y gráficos, pero no tengáis el detalle de mencionar la fuente. Un saludo, Matti Hemmi, fundador de inKNOWation, y autor del video y del libro “Te Atreves A Soñar”.