El anacrónico modelo económico

Mediáticamente uno de los llamados “logros” de la actual administración son las así llamadas reformas estructurales, mismas que están alineadas a un modelo económico en el cual el mercado actúa como centro de la economía, el llamado libre mercado. Visión que ya está por demás demostrada sus alcances y pocos beneficios para la población.

Deja como resultado inmediato una polarización del ingreso y un aumento en las cifras reales de la pobreza; y desafortunadamente el modelo económico no entra de las opciones que se pueden elegir cada seis años, sea el color que sea del partido que quede, trae consigo ya de facto el modelo económico, tal vez con más o menos tintes sociales. Ojo, que el gasto social es parte del modelo, mismo que reconoce las fallas del mercado y la intervención del estado ante las mismas.

Los partidos políticos, es más que evidente que no es un modelo de país el que les interesa construir, negociarán puestos políticos y respetarán el actual modelo económico como se viene haciendo desde hace más de 30 años.

Donald Trump está planteando un cambio de modelo económico, en el cual ahora se le de preferencia a las empresas nacionales sobre el libre mercado, postura que llevó a la renegociación del TLCAN. Sin embargo, esas empresas (trasnacionales) que se han beneficiado con el libre comercio, ya se están oponiendo a esta postura. Obviamente porque sus intereses van más allá de las fronteras nacionales de Estados Unidos; hay mucha literatura económica sobre el comportamiento de sus empresas en el resto del mundo, el tipo de cambio se puede saber conociendo el precio de una “big-mac” en cualquier país del mundo; sabemos cómo funciona el modelo de producción de Ford, y se sabe el actuar de las farmacéuticas para incorporar temas de su interés en las legislaciones de muchos países.

Son años en que las empresas han permeado al mundo con sus productos, es más, me atrevo a decir que han exportado patrones de consumo. No dudo que lograrán hacer “recapacitar” a Trump respecto a su postura económica, y si no pueden, tienen a los políticos mexicanos de aliados para darle continuidad al modelo económico de libre mercado.

Es cuanto te das cuenta que no es tanto el mercado quien determina las decisiones económicas, sino son los políticos los que orientan esas “necesidades” del mercado, y desafortunadamente y de conformidad con el estudio realizado en el “Informe anual sobre el Clima de Negocios en el Mundo 2017”, México es por tercer año consecutivo uno de los países más corruptos, y ya es el número uno en América Latina. Eso nos da una idea de la intervención del Estado en la Economía, no creo que se esté monitoreando a la oferta y la demanda, ni se estén preguntando qué necesita la población para satisfacer sus necesidades.

Tenemos unos de los salarios más bajos a nivel mundial, en aras de la competitividad y atraer capitales que se instalen en el país, y por si fuera poco es un salario castigado por la inflación, esto es parte del modelo económico predominante, y sobre el mismo no podemos hacer nada o al menos eso nos han hecho creer.

Indudablemente, se trata de construir un proyecto de nación con base a las necesidades de los mexicanos, se trata de saber que necesitamos para realmente fortalecernos como economía. Y eso no lo harán quienes nos gobiernen, ellos tienen un papel que hacer y lo seguirán haciendo y a su manera como lo vienen haciendo hasta el día de hoy. Debemos de inicio consumir lo nacional, apoyarnos entre nosotros, en verdad no caer en actos de corrupción por más justificaciones que encontremos o por lo más insignificantes que lo creamos. Esas elecciones sí dependen de nosotros, las económicas y políticas las hemos delegado a un nivel inadmisible, que ya les somos ajenos a los elegidos una vez que llegan al poder. Escucharemos en campaña todo lo que harán para llevar a México al primer mundo, y años más tarde nos daremos cuenta que se quedaron en simples promesas.

Cambiar el modelo económico implica que el desarrollo económico debe venir encaminado de políticas públicas realmente orientadas al largo plazo, en donde la educación, y la innovación deben ser un objetivo nacional impostergable. La creación de empleos bien pagados debe ser una constante; dar realmente oportunidades de desarrollo con movilidad social; e indudablemente se debe castigar de manera ejemplar la corrupción, que es el freno de mano autoimpuesto, y pieza nodal del actual modelo económico.

Desarrollo sustentable, con crecimiento económico al fomentar la educación, la innovación y los empleos bien pagados, no se me hacen políticas que afecten el quehacer nacional; lo que sí se ve afectado es la distribución del ingreso, y es en donde la mano invisible de la economía se va a oponer a toda costa.

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