En términos económicos se dice que un país ha entrado en recesión cuando durante dos trimestres consecutivos el crecimiento del Producto Interno Bruto es negativo.
Para un país entrar en recesión es veneno puro, pues las consecuencias para la población son graves, hay pérdida de empleo y la economía disminuye su actividad, las ventas bajan, los bancos aprietan los créditos y, en consecuencia, muchos negocios cierran o quiebran.
Una vez que una economía entra en recesión, se vuelve muy complicado salir de ella, es muy costoso revertir el proceso, y tanto los gobiernos como la población sufren mucho.
Hoy en México todavía no estamos en recesión, pero pareciera que se están haciendo todos los esfuerzos para llegar ahí.
Una de las principales causas de una recesión es la pérdida de confianza, la gente siente que puede perder lo que tiene y, por lo tanto, deja de comprar y de arriesgarse en proyectos nuevos.
Por ejemplo, si pensaban comprar una casa, mejor esperan, ya que creen que los precios van a bajar y además a la gente le da miedo pedir prestado.
Lamentablemente, al platicar con varios amigos empresarios, me doy cuenta que la mayoría ha suspendido los proyectos nuevos que tenían por hacer, se están protegiendo ya sea de una devaluación, una baja en ventas, o porque perciben un riesgo para su patrimonio.
De alguna manera percibo que este actuar obedece más a jugos gástricos que a una realidad que hoy no existe.
Si somos totalmente pragmáticos, hoy los números no se han deteriorado tanto como para pensar en recesión, aunque hay una tendencia preocupante a la baja, tanto en México como a nivel mundial. Existe un sentimiento generalizado de falta de confianza que si no se revierte, tarde que temprano nos llevará a que la economía baje su ritmo hasta entrar en un círculo negativo que nos sumerja finalmente en la temida recesión.
Entiendo que venimos de un gobierno muy corrupto y es de sumo importante dar la señal de que esto es intolerable, que es necesario parar de tajo muchos de los abusos de tanta gente. Sin embargo, nos está sucediendo la teoría del péndulo, llegando al extremo de que se han parado muchísimos proyectos de construcción, terminaciones de obra, licitaciones de gobierno detenidas, contrataciones de personal muy lentas, en general, mucho miedo de cometer errores o ser acusados de corruptos y, además, una polarización de la población que, al final de cuentas, se traduce en falta de confianza y disminución de la actividad económica. Pareciera que nos estamos subiendo a una resbaladilla que nos llevará a esta temida recesión.
Considero que es imperativo dejar atrás los calificativos de quiénes son los buenos y quiénes son los malos, debemos concentrarnos en garantizar el Estado de Derecho a todos y unirnos en un objetivo común que es el crecimiento de la economía y el bienestar de la población. Estamos a tiempo, ninguno de nosotros queremos una recesión, implica quiebras, pobreza, delincuencia y, sobre todo, no es fácil revertirla.
El entorno mundial es complicado, deberíamos pertrecharnos ante lo que pareciera ser una baja en la economía mundial y generar las condiciones para que México, de alguna manera, se proteja y se convierta en un destino confiable para todo tipo de inversionistas nacionales y extranjeros.
Es imperativo que las diferentes instancias de gobierno ya arranquen con fuerza con todos los proyectos, el tiempo que se está desaprovechando es irrecuperable y puede ser una pérdida importante para todos, por eso resulta necesario acortar la curva de aprendizaje y los que de plano no puedan, es buen momento para que sean reemplazados.
Seamos rápidos en reaccionar y dejar atrás lo antes posible el fantasma de una recesión.
Me parece que debes revisar los cambios reales fuera de interés mesquinos manipuladores.
Toda la razon . Que Dios te oiga y AMLO…..también.
Mandaselo para que aprenda un poco. Abrazoooo
Muy bueno Salo. Lo que no entiendo es porque la confianza del consumidor está repuntando tanto. Ciertamente la ruta es lenta pero peligrosa. Saludos
Doc Javier Salas, no será q quienes manifiestan confianza como consumidores, son insensibles para el momento y circunstancias o hay mucha y generalizada ignorancia?