Entre más nos acercamos al día de las elecciones, cada vez crecen las expectativas positivas o negativas en la gente de acuerdo a si gana o no el candidato de su preferencia.
La realidad nos golpeará el 2 de julio y habrá gente que estará muy contenta porque tendrá expectativas bastante altas pero, en sentido contrario, muchas personas se encontrarán muy nerviosas al pensar que ya nos llevó la trampa.
El manejo de las expectativas es todo un arte, hoy estamos abrumados de expectativas positivas y negativas, así que la percepción de que el futuro sea mejor o peor según quien gane, dependerá del perfil de la gente.
Por otra parte, el problema con las expectativas que nos están ofreciendo es que en la mayoría de los casos son promesas que en la realidad simplemente no es posible cumplirlas y el gran peligro para México es que al poco tiempo viene el desencanto y la frustración. Un país envuelto en el pesimismo y la impotencia difícilmente puede ser ganador.
La inseguridad no va a cambiar más que muy despacio si las cosas se hacen bien, tampoco la economía de la población, y así en la mayoría de los casos. Si se toman las medidas correctas el avance será lento, claro que, si se hace mal, pues más rápido vendrá el desencanto y la frustración.
Es muy importante estar conscientes y finalmente digerir que, sea quien sea el próximo presidente, si a él le va mal, a México también le irá mal, y si de esta manera lo entendemos y, como veo, estaremos muy polarizados el día después de las elecciones, lo mejor será conciliar, hacer operación cicatriz y tener todos la disposición y la habilidad de que como mexicanos trabajemos juntos por el país.
Es obvio que como somos una sociedad plural, cada quien o cada grupo piensa que sus recetas son las idóneas, pero si uno ve sólo por sus propios intereses, lo más seguro es que nos vaya mal a todos.
Me parece que hay que hacer una pausa en el camino y, como dicen, “pensar, respirar y darle perspectiva a lo que decimos”, no cruzar líneas de las que después nos vayamos a arrepentir de no haber sido lo suficientemente prudentes y haber llegado a puntos de no retorno.
Creo que la mejor línea de actuación deberá ser que tanto ganadores como perdedores sean lo más pragmáticos posibles, abandonar todo tipo de ideologías y concentrarse en las acciones específicas y correctas para lograr el bien común por encima de los intereses personales o de grupo.
Como en cualquier contienda hay cosas que se valen y otras que no; hasta en las guerras donde hay muertos existen reglas que todos aceptan y respetan, por eso me parece muy importante que todos entendamos no hacer o decir cosas de las que después nos vayamos a arrepentir. En general, la mayoría de la gente entiende que hay líneas que no se cruzan ¡no las crucemos! Démosle perspectiva a lo que hacemos y decimos.
El riesgo del desencanto es muy alto, el reto será enorme, solamente con ideales comunes tendremos la posibilidad de que a todos los mexicanos nos vaya mejor.
Totalmente de acuerdo. La división de la sociedad y la falta de trabajar en equipo nos afecta a todos y en muchos sentidos.
Salo
Muy buen artículo
Pensemos en un País unido fuerte y de cara al futuro
Sin resentimiento porque en la diversidad está La riqueza de Mexico
Sin duda ya no es el pais de antes que bueno
Gane quien gane, lo apoyamoa en lo que sea por el bien de Mexico. Buen escrito, Don Salo!
Totalmente de acuerdo , lo importante que que todos pensemos primero en MEXICO antes que en nosotros y nos irá mejor .
Ian, Susy, Vicente, Ivo, gracias, les aprecio mucho su comentario
Es buscar la unidad en la diversidad.
Me encantó Salo!!
Salomón, me quedo con uno de tus párrafos que creo refleja el artículo:
“Creo que la mejor línea de actuación deberá ser que tanto ganadores como perdedores sean lo más pragmáticos posibles, abandonar todo tipo de ideologías y concentrarse en las acciones específicas y correctas para lograr el bien común por encima de los intereses personales o de grupo”.
Gracias Jeanette
Te mando un abrazo Santiago, saludos
Muy bien Salomón !!! Buen artículo, sereno y para hacernos reflexionar a todos. Felicidades…
Ya lo decía don Manuel Gómez Morín: que no haya ilusos para que no haya desilusionados.
Muchas gracias Manuel.
Muchas gracias por el comentario Antonio, no lo sabía