La expresión que el título enfatiza la utilizo para dar salida a diferentes tópicos que dan sentido a la frase, la cual refleja en gran medida la actitud de quienes, en la vida, no se arredran ante las dificultades y, arriesgándose, ponen el ejemplo.
En primer lugar, es oportuno recordar que el 15 de octubre se cumplen cuarenta y nueve años de la partida a la gloria de uno de los toreros más valerosos que el mundo taurino haya conocido, me refiero al gran diestro leonés Antonio Velázquez, torero que, con base en una vocación indómita, logró remontar su carrera que inició como subalterno y concluyó como figura del toreo.
Es muy recordada la época que protagonizó con Rafael Rodríguez, junto a otros más, a finales de los cuarenta y principios de los cincuenta del siglo pasado en la Plaza México, período en que consiguió la friolera de siete rabos, que lo ubica como uno de los adalides del coso de Insurgentes.
Siendo novillero, en 1942, en el Toreo de la Condesa, hoy El Palacio de Hierro Durango, después de retirarse como subalterno de Luis Castro “El Soldado”, con novillos de Zacatepec, logró, por su faena al novillo Quitasol, el trofeo de la Oreja de Plata en disputa.

Su alternativa se la otorgó, en esa misma plaza, Fermín Espinosa “Armillita”, el 31 de enero de 1943, ante el testimonio de Silverio Pérez, tarde que representa un hito en la historia del toreo de México por las faenas a Clarinero y Tanguito, de “Armillita” y Silverio, respectivamente, con toros de Pastejé, ganadería que hacía su debut en la hoy llamada Ciudad de México. Toño no las tuvo consigo esa fecha, pero supo reponerse para ungirse figura.
En alguna entrevista a Pepe Alameda, narró Antonio cómo se insertó en el cartel de la Oreja de Oro, el 28 de febrero de 1945; relató que por un volado obtuvo el puesto del lesionado David Liceaga, echando la moneda al aire, como dicen coloquialmente en España, y sinónimo de la frase que titula esta colaboración.
Aquella noche se lidió un encierro en el Toreo de la Condesa de Torreón de Cañas (hierro hoy propiedad de Julio Uribe Barroso) y en cartel estuvieron, además de Antonio, “Cagancho”, “El Soldado”, Pepe Luis Vázquez, Antonio Bienvenida y Luis Procuna, el quinto se llamó Cortesano y surgió de aquella memorable actuación el titular del “Tío” Carlos (Carlos Septién en El Universal) del día siguiente, Antonio “Corazón de León”, mote con el que coronó una actuación que le valió para salir del ostracismo, figurar a futuro y, desde luego, llevarse el trofeo en disputa para su causa.
A partir de aquella noche, Antonio trocó su carrera hacia las grandes alturas y su última actuación, unos meses antes de partir a la gloria, fue el 1º de mayo de 1969, en la Plaza El Paseo – Fermín Rivera de San Luis Potosí, de la que obtuvo dos trofeos del cuarto toro de los de Santa Marta, día que fue el de la alternativa de Mario Sevilla hijo, cerrando la terna “Curro” Rivera. Por cierto, entre otros, fue padrino de alternativa de Eloy Cavazos.
Con esos recuerdos quisiera encomiar la actitud de André Lagravere, quien después de sufrir un doloroso percance en la México, no se la pensó para sustituir al también lesionado Roberto Román, en la plaza Lorenzo Garza de Monterrey, el viernes 12 de octubre de 2018, y, aún convaleciente, logró una faena novilleril que lució las buenas condiciones de Moralista de la ganadería de San Martín, propiedad de don Alberto Baillères, y que fue premiado con el indulto.

Al día siguiente circuló una fotografía en la que Juan Pablo, hijo de don Alberto, va con el rabo simbólico otorgado a André, representando el triunfo conjunto de quien echa la pata pa´lante en momentos aciagos del toreo, y de un novillero que tuvo la gallardía de no rehuir la oportunidad, citando otro dicho, que la pintan calva.
Francisco Martínez a su vez, con los novillos de Monte Caldera, se apuntó al festejo del domingo siguiente en la México, con triunfadores de Soñadores de Gloria, con una muy buena actuación que le valió para salir en hombros.
Finalmente, toca escribir de Juan José Padilla, que en Zaragoza cierra su carrera europea y viene ahora a América a hacer lo propio; partidarios o no de las despedidas largas, cuánto mérito tiene el jerezano, a quien ninguno de sus percances lo dobló y, por el contrario, dejará una carrera ejemplar para el recuerdo.
Así las cosas. El jueves próximo, Dios mediante, se anuncian algunos de los carteles de la próxima Temporada Grande. El canje de derecho de apartado empezó el 13 y terminará el 27 de octubre de 2018, esperemos que todos recuerden el titular de la colaboración y que sea su celebración un gozo colectivo.