Aumenta la tendencia mortal de hacer ejercicio en exceso, la vigorexia como problema de la nueva ola de salud.
Ciudad de México (elsemanario.com).- Aun cuando se ha propuesto al ejercicio como principal factor de salud, hacerlo en exceso puede llevar al individuo a encontrarse con una actividad que, de hecho, acorta la vida.
Demasiado ejercicio, tiene en el organismo un efecto contraproducente, y en lugar de mejorar la salud y el estado físico, lo altera a tal forma que termina por desgastarlo. La revista medica Journal of the American College of Cardiology en Dinamarca, lanzó un estudio realizado por un grupo de científicos que buscaban determinar la relación existente entre la actividad de correr y la mortalidad.
Para esto, se analizaron en un estudio longitudinal que duró doce años a más de mil corredores junto con personas que no practicaban ningún tipo de deporte. De acuerdo a sus hallazgos, aquellos que corrieron constantes durante dos horas y media por semana, resultaron ser menos propensos a morir, en cambio, las personas que corrieron por cuatro horas o nunca lo hicieron aumentaron sus probabilidades de fallecer.
Incluso se encontró que los corredores empedernidos, aquellas personas que practicaron mas de tres veces por semana a un ritmo superior a los 11 km/hr, fueron mas propensos a presentar enfermedades que aquellos que nunca corrieron en su vida.
Se concluyó a partir de esto que, grandes cantidades de ejercicio, mas que fortalecer los músculos y el sistema cardiovascular, terminan por debilitarlo al extremo, pues se le da un uso rudo. El doctor Louis Marott, jefe investigador del experimento, sostiene que durante las prácticas de ejercicio excesivo existen cambios en el ritmo que el corazón maneja, estos representan una resistencia para el músculo cardíaco, que puede inducir en cambios patológicos de su movimiento.
Los datos obtenidos demostraron que el ejercicio ideal para correr, se basa en un movimiento constante de aproximadamente ocho km/ hr, y practicar esta actividad un total de 2.5 horas a la semana.
Aunado a los cambios en el ritmo cardíaco que podrían llevar a desarrollar cardiopatías tales como la fibrilación auricular antes de los 60 años, el exceso de ejercicio puede llevar a problemas musculares y de articulaciones, pues impide la recuperación de los tejidos. También se ha relacionado al exceso de ejercicio con problemas como mareos, jaquecas, sobre irrigación sanguínea, dismorfia muscular, problemas gastrointestinales, entre otros.
Actualmente el deporte es una practica ampliamente aceptada y valorada, sin embargo existe una tendencia que va en aumento y tiene relación con la necesidad de hacer cada vez mas ejercicio, debido al requerimiento de las endorfinas liberadas como consecuencia de la movilidad; el organismo muchas veces llega a hacerse adicto a estas e incluso se puede desarrollar vigorexia.
La adicción al ejercicio, consiste en efectuar un deporte o actividad física de forma excesiva, incluso se dejan de hacer ciertas actividades y se destina gran parte del tiempo a su práctica. Un individuo puede medir su nivel de adicción al ejercicio a través de tres factores: dependencia, tolerancia y abstinencia.
La dependencia tiene relación con el grado de placer que aun produce realizar la actividad, aun cuando el ejercicio comienza a ser un factor determinante para el bienestar psíquico de la persona, logra entablar satisfactoriamente otras actividades y esta cómoda con las rutinas que lleva.
La tolerancia tiene relación con el necesitar cada vez mas ejercicio para lograr acceder a un estado placentero, aquí también se puede llegar a realizar actividad física, incluso cuando llega a resultar en malestar orgánico o se tiene algún tipo de lesión y el argumento recae en que si no se hacen ejercicios la persona comienza a sentirse decaída, enojada, ansiosa o culpable.
Abstinencia, este es un estado crítico en el cual la persona ha alcanzado su máximo nivel de adicción y presenta problemas visibles orgánicamente, como resultado de la falta de ejercicio y actividad física, se mantienen los cambios anímicos y se manifiestan temblores, sudoraciones, o cualquier tipo de dolor, como consecuencia de no realizar la actividad.
Dos son los factores determinantes para desarrollar una adicción al ejercicio, en primer lugar la liberación de endorfina, secreciones similares a la morfina, que genera prácticamente las mismas sensaciones de placer y disminución de dolor que actúan en el cerebro, y que provocan en el organismo una necesidad real, ya que los receptores involucrados comienzan a habituarse a las altas dosis de endorfinas y sus efectos, por lo que a nivel biológico el cuerpo comienza a necesitarlas.
El segundo factor esta relacionado con la personalidad de tipo obsesiva compulsiva, este trastorno puede enmascararse bajo muchas diferentes actividades y el ejercicio, debido a su practicidad, a los tiempos, números y el aparente control que existe, es el perfecto acompañante para que se presente. Las personas que tienen trastornos obsesivos compulsivos manifiestan la necesidad de cumplir con determinadas actividades, en determinados tiempos. En ellos existe un pensamiento que genera ansiedad y su forma de liberarla es a través de la implementación de una determinada acción; cada vez que esta ansiedad regresa, el individuo realiza la acción con la certeza de que esta disminuirá dicho pensamiento.
La vigorexia o dismorfia muscular fue estudiada por primera vez en 1997, por el doctor Harrison G. Pope, psiquiatra del Hospital Mc Lean en Boston (Estados Unidos) Se encuadró dentro de un grupo de trastornos denominados dismorfias corporales, sufridos por aquellas personas que no se sienten a gusto con su propio cuerpo y se obsesionan con la mejora de ciertos defectos físicos. Se presenta principalmente entre los 17 y los 35 años de edad, tanto en hombres como en mujeres y actualmente afecta a al menos del diez por ciento de las personas que practican actividad física y ejercicio como estilo de vida.