Incrementos de precios, restricción a la inversión extranjera y una creciente depreciación; son problemas que México podría enfrentar este año.
Ciudad de México.- La economía de México avanza a través de factores como un incremento a la inflación, depreciación del tipo de cambio, y la caída de la inversión privada, todos ellos influenciados o relacionados con Donald Trump y el incremento al precio de las gasolinas.
La elección de Trump como próximo presidente de los Estados Unidos ha traído consecuencias desastrosas para la economía mexicana, aun sin que este haya asumido el cargo como presidente en la Casa Blanca.
A partir de sus propuestas, ha logrado levantar las expectativas y el entusiasmo en torno al mercado norteamericano, en detrimento de las de los países emergentes como México.
México, tiene además una especial afectación originada en la alta interrelación que mantiene con Estados Unidos. Una de las propuestas de Trump que han causado mayor incertidumbre es la de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)
De acuerdo con datos de la Secretaría de Economía, México ubicó en 2016 el 84 por ciento de sus exportaciones en el país del norte, mientras que el 49 por ciento de sus importaciones provinieron de Estados Unidos.
Una renegociación, e incluso, una cancelación del TLCAN significaría que numerosos productos que se encuentran hoy en nuestro mercado encontrarían encarecidos sus precios, pues al desechar el acuerdo mediante el que los productos pueden ingresar y salir de ambos países a través de la frontera sin requisitos impositivos de aduanas, resultaría en que estos costos se añadieran al precio final al consumidor.
Esto afectaría a ambos países, pero sin duda el mayor perjudicado sería México. De acuerdo con información del U.S. Census Bureau, el 15 por ciento de las exportaciones de Estados Unidos se realizan en México, mientras que aquel país consume el 13 por ciento del total de bienes que importa.
Además del comercio, Trump prometió desde que se encontraba en campaña por la presidencia que impondría medidas para retener las fuentes de empleo dentro de su país a través de asignar tarifas arancelarias a las importaciones automotrices, sector en el que México tiene preponderancia en el comercio con Estados Unidos.
En la economía globalizada, las empresas suelen deslocalizar sus fábricas a países que le proporcionen menores costos de capital humano, recursos naturales, además de normas más flexibles respecto al mercado laboral, menores requisitos de protección ambiental y de seguridad.
México es un país que depende en gran medida de la inversión extranjera. Según información de la Comisión Nacional de Inversiones Extranjeras, La inversión extranjera directa anual a marzo de 2016 se ubicaba en 7 mil 896 millones de dólares, de los cuales 2 mil 312 fueron de origen estadounidense, es decir, el 29.3 por ciento del total de las inversiones del exterior.
Después de que Ford informó que cancelaría el proyecto para construir una nueva planta ensambladora en San Luis Potosí, analistas de diversos medios estimaron que es el inicio de una reducción en el ritmo de inversión extranjera en nuestro país.
Una disminución en la inversión de cartera significa una extracción de dólares de la economía, con lo que el peso podría acelerar su depreciación, influyendo a su vez en la tasa de inflación. Por otro lado, una disminución en la inversión extranjera directa representa una menor creación de puestos de trabajo.
Al respecto, México enfrenta problemas relacionados con el Brexit, la debilidad del mercado integrado de la Eurozona, el incremento internacional en los precios del petróleo, y una reestructuración del mercado financiero a raíz de la elección de Trump y la elevación de tasas de interés de referencia por parte de la Reserva Federal (Fed).
A lo largo del 2016, el peso perdió poco menos del 20 por ciento de su valor, por lo que al 6 de enero de este año, el tipo de cambio peso-dólar se ubica en los 21.36 pesos.
Esto tiene su origen en diversas fuentes. La subida de las tasas de interés por parte de la Fed en respuesta a la aparente recuperación de la economía estadounidense, propicia que capitales de todo el mundo se refugien en el rendimiento asegurado, y creciente, que les ofrece el mercado norteamericano.
Esa subida y la fuga de capitales ocasionan que Banco de México (Banxico) deba subir su tasa objetivo para ofrecer un rendimiento mayor en busca de atraer capitales internacionales, en competencia con Estados Unidos.
Por otro lado, el aumento en los precios internacionales del petróleo originó que en México se diera un alza al precio de los combustibles, de acuerdo a la Secretaría de Hacienda. Al ser este un bien que sirve de insumo parara la producción y el transporte de numerosos productos de la economía, puede generar un incremento generalizado en el precio de la canasta básica traducido en un aumento a la inflación.
Frente al riesgo de otro incremento en esta variable, analistas de instituciones financieras privadas estiman que Banxico realizará dos incrementos a la tasa de interés en 50 puntos base cada uno, para cerrar el año con una tasa de referencia de 6.75 por ciento.
Finalmente, de acuerdo a la Encuesta de Expectativas realizada por Citibanamex, los analistas estiman que la inflación podría ubicarse al terminar diciembre en 5.0 por ciento.
Todo esto podría tener un impacto directo sobre la confianza del consumidor, ocasionando que el mercado interno se vea restringido ante aumentos de precios derivados de la inflación y las cuotas a las importaciones en Estados Unidos. Esto podría afectar al mercado laboral, lo que refleja el difícil panorama que la economía Mexicana deberá enfrentar este año.