Grupo Financiero Banorte considera que la fortaleza de la economía mejora perspectiva de crecimiento para el país en este año.
Ciudad de México.- Con un desempeño que superó las expectativas durante el primer semestre y con la disminución de amenazas externas, Banorte considera que la fortaleza de la economía mejora perspectiva de crecimiento y ubica al Producto Interno Bruto (PIB) en un rango positivo de 1.9 por para este año.
La institución financiera informó que esta cifra aumenta ya que su perspectiva anterior era de un crecimiento económico de 1.6 por ciento, esto debido a que existen factores positivos que hacen suponer a los analistas que el entorno mejorará en los próximos meses.
Entre los factores que impulsan la economía, se encuentra la recuperación del sector manufacturero y “el mayor dinamismo del gasto de los hogares”, dijo Banorte, además de que las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) han tomado un rumbo favorable.
Aunado a que la fortaleza de la economía mejora perspectiva de crecimiento, también está el hecho de que las amenazas externas, sobre todo las procedentes de Estados Unidos con la postura inicial de Donald Trump, se han neutralizado y cada vez se ven más lejanas de que se lleven a cabo.
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Pero un punto fundamental en el análisis de Banorte es el hecho de que el sector energético ha tomado mayor relevancia en el plano productivo, debido al interés mostrado por la iniciativa privada por invertir, así como por los recientes descubrimientos de importantes reservas petroleras.
“Hacia delante dicho sector presentará una mayor dinámica de crecimiento”, dijo Banorte en declaraciones que retoma Notimex, en particular por el hallazgo de alrededor de mil millones de barriles en las costas de Tabasco, “considerado como uno de los 15 descubrimientos más grandes de los últimos 20 años”.
Sin embargo, a pesar de que la fortaleza de la economía mejora perspectiva de crecimiento del PIB, Banorte considera que existen riesgos que pueden frenar este dinamismo, como algunos “riesgos geopolíticos e incertidumbre en torno a la renegociación del TLCAN”; así como un menor dinamismo del consumo privado derivado de “la trayectoria ascendente de la inflación” y también la disminución de inversiones.