El desmantelamiento del TLCAN llevaría a las calificadoras a considerar la calificación crediticia de México ante los efectos negativos que enfrentarían los mercados en el corto plazo.
Los tres actores principales en escena de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) podrían no concretar un acuerdo y llevar a buen puerto la modernización del acuerdo, lo que generaría una inestabilidad económica al menos en lo que se adecuan los procesos productivos bajo normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) o acuerdos bilaterales entre naciones.
Por más de dos décadas el comercio mexicano fortaleció lazos con sus vecinos del norte, convirtiendo a Estados Unidos en el principal socio y destino de exportaciones.
Ante este panorama, que el TLCAN llegue a su término, obligaría a calificadoras como S&P Global Ratings a reevaluaría la calificación de crédito sobre la deuda soberana de México, así lo reveló la agencia.
S&P Global Ratings considera que la capacidad crediticia de la economía mexicana es estable, por lo que mantiene una calificación de BBB+, misma que no sufriría cambios basado en el supuesto de que se renegociará el TLCAN y el nuevo acuerdo preservará ampliamente los flujos comerciales y de inversión existentes entre ese país y Estados Unidos.
Sin embargo, si las amenazas de Donald Trump por terminar con el TLCAN cruzan la línea del discurso y Estados Unidos se levanta de la mesa de negociación, otro panorama se vislumbraría para México.
“Si esto es así, no tendrá un impacto material en las variables que supervisamos. Si estamos equivocados al respecto y el TLCAN se desmantela materialmente, obviamente tendremos que volver a analizar la situación”, dijo el analista de deuda soberana Joydeep Mukherji.
El pasado 17 de octubre los negociadores de México, Canadá y Estados Unidos ofrecieron una conferencia de prensa al cierre de la cuarta ronda de negociación del TLCAN, dejando ver lo difícil que ha sido conciliar acuerdos que favorezcan a los tres mercados y acceder a las demandas radicales del gobierno proteccionista de Donald Trump.
Los tres gobierno han reconocido las complicaciones a las que se han enfrentado en el diálogo, por lo que el fin del TLCAN no es un escenario que se descarte.