Tras las fallidas rondas de negociaciones para modernizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y las presiones provenientes de Estados Unidos para cambiar las condiciones actuales, la postura de las autoridades y empresarios mexicanos es tratar de lograr acuerdos que ayuden al país, pero existen otras voces que aseguran que luego de más de dos décadas, los beneficios que ha dejado este acuerdo comercial en el país han sido solo para unos cuantos.
Ciudad de México.- El levantamiento zapatista ocurrido el 1 de enero de 1994, mismo día en que entraba en vigor de manera oficial del TLCAN, fue una de las paradojas que dimensionaba la realidad que tenía y aún tiene México: millones de personas en situación de pobreza y oportunidades multimillonarias para un puñado de familias.
Según el analista e investigador Carlos Herrera de la Fuente, luego de 23 años que tiene vigente el acuerdo trilateral, 20 grandes empresas trasnacionales controlan el mercado en el país y de acuerdo a cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), existen 53 millones 418 mil 151 personas viviendo en situación de pobreza en México.
Y si bien uno de los objetivos era que México alcanzará un nivel de desarrollo superior al que tenía hasta antes de 1994 y mejorar las condiciones de vida de las personas, esto no se ha logrado y de acuerdo a algunos analistas, en realidad se empeoró en este sentido.
“Para ser un mercado emergente, México tiene una colección impresionante de multimillonarios, que incluye al sexto hombre más rico del mundo. Por otro lado, su índice de pobreza sigue rondando los niveles de principios de los 90: más de la mitad de la población, con una clase permanente de subempleados”, dice un texto de El Financiero.
Esto a pesar de que algunos organismos internacionales como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), aseguran que la economía mexicana es una de las más fuertes y que mantiene niveles de crecimiento superiores a cualquier país de la región.
Alicia Bárcena Ibarra, secretaria ejecutiva de la Cepal, señaló recientemente que México cerrará entre 2.4 y 2.5 por ciento este año, “un buen crecimiento económico si lo comparamos con el resto de la región”, que en promedio lo ubican en 1.2 por ciento.
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Bajos salarios, pérdida de empleos e inseguridad
Y si bien los indicadores macroeconómicos marcan esta tendencia positiva, a nivel social la percepción y la realidad pueden ser completamente diferentes.
De acuerdo a estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México tiene los salarios más bajos entre sus países miembros, lo que repercutido en una disminución significativa en el poder adquisitivo de las familias y por ende, en su calidad de vida.
“A medida que la población de México aumenta, la pobreza se incrementa. Se estima que hay 14.3 millones más de mexicanos que viven en la pobreza que cuando se firmó el TLCAN”, dice un texto del sitio Animal Político.
Además, uno de los sectores más dañados ha sido el campo mexicano, ya que de 1994 al 2013 se habían perdido alrededor de 2 millones de empleos agropecuarios y los precios reales de los productores cayeron entre 40 y 70 por ciento en ese mismo periodo, “desestimulándose así la producción de bienes básicos como el maíz”, dice Carlos Herrera de la Fuente.
Estos son algunos ejemplos que hacen suponer que el TLCAN ha tenido muchos claroscuros en su impacto en México, pero lo que queda claro es que a nivel social sus efectos positivos han sido mínimos.
“El error básico de México fue suponer que bastaría con integrarse a la economía mundial y al mercado estadounidense en particular y se pasaron por alto otros aspectos de la estrategia de desarrollo”, dijo para El Financiero Dani Rodrik, profesor de Economía de la Universidad de Harvard.