En medio de la tormenta que genera la negociación del TLCAN, la reforma fiscal de Estados Unidos y las elecciones presidenciales de 2018, Banxico y la SHCP unen esfuerzos para mantener a la economía mexicana a flote.
Después de que Agustín Carstens dejó la gubernatura del Banco de México (Banxico), se temió que el peso se enfrentara a una nueva oleada de volatilidad y los inversionistas aumentaran su nivel de especulación y riesgo.
Sin registrar una abrupta depreciación, el peso se mantuvo en el rango de las 18 unidades por dólar, sin embargo, analistas consultados por Banxico estiman que este panorama podría ensombrecerse con las elecciones presidenciales de 2018 y disparar al billete verde por arriba de los 20 pesos.
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En busca de inyectar certidumbre a los mercados, el nuevo titular de la Secretaría de Hacienda, José Antonio González Anaya y el sucesor de Carsten en Banxico, Alejandro Díaz de León Carillo, acordaron dar continuidad a los trabajos a favor del fortalecimiento de la economía en el ámbito de sus respectivas atribuciones y con apego al marco de la autonomía del banco central.
Banxico y Hacienda deberán fraguar un plan de política económica que permita al peso enfrentar los retos venideros, mientras tanto, Alejandro Díaz de León, dijo a Reuters que la inflación podría ralentizarse menos de lo previsto debido a choques recientes y posibles sacudidas futuras, y mostró una postura cautelosa que sugiere tasas de interés estables.