Las condiciones actuales son complicadas en cuanto a materia económica, sobre todo para las finanzas de las familias que son afectadas por los altos niveles inflacionarios, la constante subida de precios en algunos productos agroalimentarios y combustibles, pero según afirmó la Secretaría de Hacienda están trabajando para garantizar el bienestar de las personas.
Ciudad de México.- El cierre del 2017 será complicado, con una inflación que se ubicó en noviembre pasado en 6.63 por ciento y con precios al alza en frutas, verduras y combustibles, lo que afecta la economía de las familias, pero a pesar de esto la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ve un panorama menos difícil y asegura que ha logrado cumplir con algunos de sus objetivos planteados en materia económica.
Según explicó en un comunicado, “el gobierno de la República emprendió las acciones necesarias para preservar la estabilidad macroeconómica, la solidez de las finanzas públicas y el compromiso con la trayectoria de consolidación fiscal, lo anterior en beneficio del bienestar de las familias mexicana”.
En este sentido, la dependencia federal también aseguró que la creación de empleos formales es uno de los avances más significativos, con una cifra que se acerca a los 3 millones durante la actual administración.
“En materia de estabilidad macroeconómica la tasa de desocupación promediada desde el inicio de 2017 (3.44 por ciento) es la más baja para un periodo comparable desde que se tiene registro”, señaló Hacienda en información que retoma Notimex.
Finalmente, la SHCP señaló que “para preservar finanzas sanas”, se ha implementado “un Paquete Económico anclado en la estabilidad y certidumbre, basado en supuestos realistas y prudentes, que concluye el proceso de consolidación fiscal”.
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De la macroeconomía a las finanzas de las familias
Pero estos discursos positivos no necesariamente se han visto reflejado en una mejoría de las finanzas de las personas, ya que la inflación y el aumento constante de alimentos y combustibles, merma la capacidad adquisitiva de las familias.
Esto debido en parte a que el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), registró un aumento de 1.03%, así como una tasa de inflación anual de 6.63% en noviembre pasado y estas cifras la ubican como una de las más altas de los últimos 16 años.
A esto hay que sumarle el aumento de combustibles y algunas tarifas de servicios básicos, lo que propicia que literalmente la vida sea cada vez más cara en México.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los productos que más subieron en noviembre destaca las “tarifas de electricidad, gas doméstico LP, gasolina de bajo octanaje, jitomate, transporte aéreo, vivienda propia, paquetes de servicios turísticos, huevo, loncherías, fondas, tortillerías, taquerías y tomate verde, detalló el organismo estadístico mexicano”.
En este sentido, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) informó que México es el segundo país con la inflación más alta entre sus miembros, solo detrás de Turquía; pero también tiene los mayores precios de energéticos.
Con esto, todo parece indicar que los esfuerzos por mantener los estándares macroeconómicos sanos y estables, no se traducen en mayores beneficios para las familias mexicanas.