El inicio de 2018 presenta desafíos importantes para la economía mexicana, pero sin duda el gran reto que enfrenta es controlar la inflación y que se recupere en cierta medida la capacidad adquisitiva de las familias mexicanas, que se han visto afectadas por el alza de productos básicos, de combustibles y alimentos, por lo que las autoridades esperan que este proceso inflacionario se reduzca en los primeros meses del año.
Ciudad de México.- Más allá de lo que las autoridades esperaban, la inflación cerró el 2017 en niveles históricos llegando en diciembre hasta 6.69 por ciento y modificando todo el entorno económico nacional, por lo que esperan que para este año las cosas mejores aunque sigue habiendo factores de presión que pueden mantener el proceso inflacionario al alza.
Tal como lo aseguró el gobernador del Banco de México (Banxico), Alejandro Díaz de León, los indicadores marcan la posibilidad de que la inflación tenga un descenso en enero, pero aún existen factores en el entorno que complican la situación.
“En enero vamos a tener una inflexión a la baja un poco más marcada por el hecho de que el incremento en las gasolinas ya no va a estar en la medición anual”, según declaraciones del funcionario que retoma El Financiero.
En este sentido, las familias mexicanas han visto como algunos alimentos y verduras han elevado su costo hasta en un 30 por ciento, como el jitomate, aguacate y limón; así como el gas LP, que según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2017 tuvo un alza del 44 por ciento.
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Factores de riesgo que presionan la inflación
Pero las cosas no se proyectan fáciles, al menos al inicio del 2018, ya que hay factores externos que siguen creando un entorno de inestabilidad e incertidumbre a nivel económico, lo que podría afectar a la inflación y mantenerla en niveles muy altos.
A nivel internacional, los principales riesgos vienen de Estados Unidos, ya que como lo señala el gobernador del Banxico, entre ello se ubican la recién aprobada reforma fiscal estadounidense y la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), lo que de entrada complica aún más el escenario.
A nivel local, sin duda las elecciones presidenciales son otro de los factores de riesgo, pero según el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), lo que podría generar una inflación muy alta es un gasto público poco eficiente y que no se rebase los límites establecidos en el Presupuesto de Egresos para este año.
De esta manera, “es fundamental tener claro el entorno que enfrenta la economía mexicana y sus fortalezas, con el objetivo de plantear las mejores políticas públicas para mantener la fortaleza de la estabilidad macroeconómica y estimular un mayor crecimiento”, asegura un estudio del CEESP.
Bajo estos escenarios, aún es complicado determinar en qué momento la inflación comenzará a ceder, “sobre todo en un ambiente en el que además habrá que hacer frente a los efectos de la resolución del TLCAN y la reforma fiscal de los Estados Unidos”, concluye el CEESP.
Más bien, es tratar de contener la velocidad de la inflación, porque el reto de contenerla en sentido general es de todos los países, dependiendo de los factores que influyen en su velocidad.
Más simple, el reto es no permitir el alza rápida de los precios, porque la inflación es siempre al alza sea rápida o lenta.