México tiene una fuerza laboral muy importante en las nuevas generaciones, que conforman un bono demográfico muy productivo para impulsar el crecimiento económico del país, pero paradójicamente, son uno de los sectores que menos oportunidades de desarrollo encuentran en el ámbito laboral debido a que los empleos para jóvenes estudiantes o con educación superior escasean en todo el país.
Ciudad de México.- La recomendación más común hace unos años para asegurar el futuro de un hijo, era que estudiara y que se consiguiera un buen empleo. Aunque sigue siendo válida desde el punto de vista social, ahora económicamente esto ya dejó de ser un modelo redituable, al menos para un sector importante de jóvenes que no encuentran oportunidades laborales.
De acuerdo a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en el último trimestre de 2017, se contabilizaron 14.6 millones de jóvenes entre 15 y 29 años de edad, de los cuales hay al menos 2.4 millones que están dispuestos a trabajar pero nadie les da una oportunidad.
Las cosas empeoran cuando aumentan los niveles de estudio, ya que de la Población No Económicamente Activa (PNEA), aquellos que no trabajan ni buscan empleo, se contabilizan 5.6 millones de personas y de ellos el 41.9 por ciento son de entre 15 y 29 años de edad y el 23.2 por ciento de ellos son estudiantes.
“Una vez que se ha tomado la decisión de buscar empleo, se enfrenta un panorama complicado, que empeora si tienes entre 20 y 29 años, y si cuentas con un grado de estudio equivalente al nivel medio superior y superior”, señala el diario El Economista.
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Falta de experiencia, bajos salarios y pocas oportunidades de desarrollo
Y una vez que se comienza con la búsqueda de empleos, la realidad es muy dura para los jóvenes, sobre todo los que tienen educación media, superior o de posgrados, ya que hay muy pocas oportunidades de desarrollo para ellos.
Según, Mónica Flores, presidenta de ManpowerGroup en Latinoamérica, esto produce decepción y desgano en las nuevas generaciones.
“Son jóvenes que están en búsqueda de su primer o segundo empleo, pero la falta de experiencia ha frenado su incorporación al mercado laboral formal, por lo que después de encontrar varias puertas cerradas decidieron tirar la toalla”, afirmó la especialista.
Así, de acuerdo a la ENOE, de la PNEA disponible entre los 20 y los 29 años, el 52 por ciento cuenta con estudios medios superiores y superiores y a nivel general, de los 1.83 millones de desempleados en México el 46.6 por ciento son personas con estos niveles de estudio, lo que implica que es personal capacitado y con mayor potencial productivo.
Por tal motivo, Clemente Ruiz, profesor e investigador del Posgrado en Economía de la UNAM, señaló para El Economista que “al no darles oportunidad y no generar un empleo para ellos, se está disminuyendo la capacidad de consumo de la sociedad, que es el principal motor de crecimiento de la economía mexicana”.
De esta manera, aunque en 2017 se hayan creado 801 mil 831 nuevas plazas laborales en todo el país y esto signifique una cifra récord en este sector, los empleos para jóvenes estudiantes o con educación superior escasean de manera alarmante.