El abasto de combustible para aviones vive un momento complicado, ya que está bajo el control exclusivo de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) y esto ha ocasionado que la turbosina en México sea la más cara de la región y afecta a pasajeros y aerolíneas y la falta de competencia en este mercado obliga a las empresas a tener que sujetarse a los lineamientos que les impone el único distribuidor, lo que afecta el crecimiento del sector.
Ciudad de México.- Así lo considera la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), quien ha emitido una “opinión” en donde recomienda a las autoridades correspondientes hacer cambios a las normas vigentes para que ASA dejé de tener la exclusividad de almacenamiento, distribución y comercialización de la turbosina en los aeropuertos del país.
En un comunicado emitido por el órgano regulador, señala que “el régimen de exclusividad de ASA, además de afectar las condiciones de suministro a precios competitivos en detrimento de aerolíneas y pasajeros, es incompatible con el marco regulatorio de la Reforma Energética, que busca, entre otras cuestiones, incentivar la incorporación de nuevos competidores al mercado”.
Además, pide que para el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), el suministro y distribución del combustible debe ser otorgado por un proceso “abierto y competido”, donde también incluya “la construcción de instalaciones de almacenamiento, suministro y cualquier otro servicio de combustibles aéreos, así como evitar el otorgamiento de ventajas exclusivas a ASA durante el proceso”.
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Cierran el paso a nuevos competidores
En ese sentido, el mercado de la turbosina está controlado “de facto” por un solo agente económico, que bajo algunas justificaciones legales y promoviendo condiciones de mercado cerradas, ha impedido la entrada de nuevos competidores, esto a pesar de que hay empresas internacionales como Total, BP y Shell, que están interesadas en ese negocio.
De acuerdo a la Comisión Reguladora de Energía (CRE), se han otorgado al menos 75 permisos para importar turbosina al país, pero ninguno de ellos ha podido entrar en operaciones debido a que no hay disponibilidad de infraestructura para transportar, almacenar y distribuir el combustible, ya que ASA controla completamente a este sector.
“El régimen de exclusividad de ASA impide la entrada de nuevos oferentes en este mercado y afecta las condiciones de suministro de combustible para aeronaves a precios competitivos…en detrimento de los operadores aéreos y consumidores finales”, señaló la Cofece.
Turbosina más cara en México
Estas condiciones han propiciado que la turbosina en México sea la más cara de la región y “el precio promedio de turbosina despachado en terminales mexicanas en los últimos cinco años fue dos pesos por litro más caro que en Estados Unidos”, dice el órgano regulador.
Y de acuerdo a la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés), el abastecimiento de turbosina representa casi el 30 por ciento de los gastos operativos de las aerolíneas, lo que de manera directa o indirecta se traslada al precio final que pagan los consumidores por los vuelos, por lo que la Cofece ve de manera alarmante que “ASA tenga capacidad para fijar precios, restringir el abasto de manera unilateral u obstaculizar el ingreso de nuevos oferentes”.