El precio de la gasolina es más cara por diversos factores como el aumento en el costo del petróleo y el alza de las cotizaciones internacionales de los combustibles, por lo que en el mercado nacional seguirá subiendo de manera irremediable.
Ciudad de México.- A finales de 2016, un litro de gasolina Magna costaba alrededor de 16.28 pesos; ahora está por encima de 17.85 en la Ciudad de México. En el caso de la Premium, se cotiza en más de 20 pesos en muchos estados del país.
Esta situación ha afectado de manera directa los bolsillos de los consumidores y de la economía en general, ya que el precio de los combustibles fueron el detonante de los elevados niveles de inflación a finales de 2017, cuando se ubicó por encima del 6.7 por ciento y fue la más alta de la última década.
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Apertura de mercado y mayor competencia
Con la implementación de la reforma energética, que permitió la llegada de empresas competidoras en el mercado de las gasolinas y la liberación de los precios de estos combustibles, las cosas parecían que iban a cambiar pero aún no se han visto beneficios reales para los consumidores.
Según la Comisión Reguladora de Energía (CRE), en México operan 30 marcas de gasolineras además de Pemex y existen 11 mil 774 estaciones de servicio, pero los costos de las gasolinas han aumentado de manera constante y parece que las nuevas regulaciones tampoco han funcionado plenamente.
En ese sentido, la apertura de los mercados apenas comienza a consolidarse, pero las condiciones actuales continúan con muchas limitaciones para la operación de estas nuevas marcas.
Tal como lo explica, Jesús Montoya, director de operaciones de Fullgas “en México si te bajas del precio del mercado con tu competencia corres el riesgo de que te sancionen y si es más caro de lo que regularmente está, también corres el riesgo que te sancionen”.
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Precios más altos a pesar de estímulos fiscales
Además de esto, las condiciones externas también han jugado en contra de México, ya que ahora los precios de las gasolinas se rigen por las cotizaciones de los mercados internacionales y los precios del petróleo, que han tenido un alza considerable, terrenos donde las autoridades locales poco pueden hacer.
Sin embrago, el gobierno federal mantiene su programa de estímulos fiscales para frenar el alza de los precios de los combustibles y según los expertos, esto solo ha sido un paliativo para que las gasolinas no sean más caras.
Alejandro Limón, investigador de Energía y Finanzas Públicas del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), considera que sin esos estímulos fiscales “los combustibles serían en promedio hasta 3 o 4 pesos más caros, por lo que el objetivo del gobierno es mitigar los efectos inflacionarios”, por lo que el gobierno federal decidió incrementar a 60 por ciento este programa con la finalidad de evitar que los consumidores compren más cara la gasolina, tal como lo señala información de El Semanario.
Mientras tanto, la solución para que los costos de las gasolinas sean menores, sería el aumento de la refinación en territorio nacional, ya que México compra a Estados Unidos el 99 por ciento de gasolina Premium que se consume en el país, algo que también afecta el desarrollo de la economía, considerando que somos una nación productora de petróleo y con una riqueza en hidrocarburos importante a nivel mundial.
De esta manera, la realidad es que los precios de las gasolinas en México seguirán subiendo y tal como lo explica Sergio Benito Osorio, ex legislador y especialista del Observatorio Ciudadano de la Energía, “la población sacrificará parte de lo que gasta en alimentos para poder pagar el transporte”.