Todavía está por definir si disminuirán las importaciones de acero y aluminio, y si la industria estadounidense puede proveer todo el acero y aluminio que se importa del extranjero.
En poco más de un año de mandato, Donald Trump ha enfrentado varias crisis de popularidad, y tras la imposición de aranceles a sus socios comerciales más cercanos, se enfrenta ahora a una de las más importantes.
El jueves pasado, México respondió a las medidas arancelarias de EU (que afectan al acero y el aluminio mexicano) con impuestos a aceros planos, lámparas, carne de puerco, embutidos y preparaciones alimenticias, manzanas, uvas, arándanos y diversos quesos provenientes de Estados Unidos.
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Una medida política
Los aranceles impuestos por el presidente Trump no han sido la medida más popular de la actual administración en Washington. Los analistas indican que las represalias de los socios comerciales de EU tendrán efectos negativos en la economía estadounidense y el ciudadano promedio podría ser el más afectado aun cuando su actividad o negocio no tenga nada que ver con el aluminio o el acero.
En México, sin embargo, la respuesta comercial a los aranceles ha sido enfocada no a afectar los productos que más vende Estados Unidos a México, sino a plantear una respuesta política dirigida a los estados y condados que apoyan al Partido Republicano y a Donald Trump.
Alejandro Arzate Mejía, integrante de la Comisión Fiscal del Colegio de Contadores Públicos de México, explicó a Expansión que “La medida de México no es para proteger a los productores nacionales como lo busca Trump con el acero, la medida de México es una cuestión política”.
¿Cuál es el efecto de los aranceles mexicanos?
La Secretaría de Economía de México destaca que con los aranceles a estos productos de origen estadounidense, en México los precios de los mismos aumentarán. Esto, se espera, propiciará que las personas se interesen más por productos nacionales o de otros países que estarían a la venta a precios más bajos.
Es decir, al bajar la demanda de estos productos, también bajará la venta de los productores ubicados en los estados republicanos.
“Es parte de una estrategia en la que hemos trabajado con la Secretaría de Economía. Estamos acudiendo con nuestros aliados en esos estados diciéndoles; tanto ustedes como nosotros estamos saliendo afectados por la política de Trump”, precisó Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) en entrevista con Televisa.
En esencia, se trata de una medida simple. Se espera que las afectaciones a los productores estadounidenses deriven en la presión a sus legisladores y representantes en la Cámara de Comercio para que el gobierno de Trump retire los aranceles al acero y aluminios mexicanos.
Sin embargo, por el momento todavía no es claro cuáles serán los efectos de lo que muchos ya califican como una guerra comercial entre México y EU (aunque este término ha sido descartado por ambos países).
Todavía está por definir si disminuirán las importaciones de acero y aluminio, materias cruciales para EU, y tampoco es claro si la industria estadounidense puede proveer todo el acero y aluminio que se importa del extranjero.