La navegación del tipo de cambio del peso frente al dólar ha sufrido de mal tiempo causado por los oleajes de la incertidumbre, las elecciones presidenciales y, por si fuera poco, la declarada guerra comercial de Estados Unidos en contra de México.
De 2017 a la fecha, el peso mexicano ha vivido sus peores momentos y a medida en que se acerca cada vez más al umbral de los 21 pesos, la Comisión de Cambios, integrada por Banco de México (Banxico) y la secretaría de Hacienda, se prepara para decidir si es necesaria una intervención en el mercado cambiario.
La Comisión analiza los dos indicadores que le ayudan a decidir: la rápida y significativa variación en el tipo de cambio y la diferencia entre el precio de compra y precio de venta del dólar.
“Si se juntan las dos, la probabilidad de que la Comisión de Cambios haga algo es muy alta, por ahora vemos que no se cumplen estas dos condiciones, y que la mayor parte de la depreciación cambiaria en las últimas semanas se ha dado a la par de otras divisas”, explicó a Expansión Gabriel Casillas, presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).
¿Qué puede hacer Banxico por el peso?
Ante la incertidumbre que se respira en torno al futuro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y las elecciones presidenciales en México, la volatilidad despega con fuerza y las empresas se plantean la medición de riesgos antes de invertir, lo que obliga a Banxico a agudizar su análisis y probabilidades de intervención.
La Comisión de Cambios cuenta con una serie de acciones para intervenir y su objetivo es restablecer el buen funcionamiento de los mercados. Una de sus estrategias tuvo su última activación el pasado 26 de diciembre, con la subasta de coberturas cambiarias.
Hasta la fecha, y después de tres intervenciones a través de subasta de coberturas cambiarias, aún se cuenta con un monto de 14,500 millones de dólares para esta medida, pero la Comisión cuanta con otra opción, la subasta de dólares, con el objetivo de proveer la liquidez para atender las demandas que se suscitan por los movimientos en el tipo de cambio.
Adicionalmente, se cuentan con mecanismos que sin intervenir en el mercado pueden ayudar a amortiguar la depreciación del peso, y esta es la decisión de política monetaria, la cual se espera que incremente el próximo 21 de junio.