Imagínate poder volar más rápido que la velocidad del sonido. El fabricante europeo Airbus, podría hacerlo posible.
Ciudad de México.- Airbus apuesta por ofrecer a sus usuarios, un viaje fuera de lo común, ya que el fabricante aeronáutico europeo ha registrado la patente de un avión que llegará a revolucionar la manera de viajar.
Este vehículo podría volar 4.5 veces más rápido que la velocidad del sonido, su objetivo: conectar a Madrid con la Ciudad de México en tan sólo tres horas. Por ahora, sólo se trata de un diseño registrado en julio en la oficina de patentes de Estados Unidos como un “vehículo ultraligero y su medio de locomoción correspondiente”.
Aunque Airbus registra patentes que no necesariamente se convierten en aviones, presenta un ala delta triangular sobre la carlinga del aparato, el cual se asemeja más a una nave espacial tipo Shuttle de la NASA que a un avión comercial.
En el interior del fuselaje, sólo llevaría dos filas de asientos separadas por un pasillo central, mientras que los cinco motores estarían instalados por debajo del ala del avión. Dos de ellos serían estratorreactores, es decir, un motor de compresión sin turbinas y compresores que aprovecha la velocidad del aparato para funcionar.
Otros dos motores serían turborreactores mientras que el quinto, instalado en el centro del avión, se asemeja más al tipo de dispositivos que impulsa los cohetes.
Según el diseño, los dos turborreactores se emplearían en el despegue y en los desplazamientos en tierra, el motor de cohete se encargaría de llevar al avión a una elevada altitud de unos 35 mil metros y los estratorreactores operarían el avión durante el vuelo.
Concorde, el primer avión supersónico para pasajeros
Si se concretara este proyecto, no sería el primero en poder hacer realidad el sueño de viajar más rápido que el sonido, el Concorde, que probablemente sea el ícono más grande de la aviación contribuyó a la inspiración de proyectos como el de Airbus.
Su primer vuelo se realizó en 1969 y tras su puesta en servicio en 1976, el Concorde parecía ser el primero de una nueva generación de aeronaves supersónicas y cambiaría para siempre la forma de volar.
Su elegante diseño y resultados extraordinarios, causaron sensación ya que podía recortar la duración de un vuelo comercial convencional a la mitad del tiempo.
El Concorde, capaz de transportar entre 92 y 120 pasajeros, era utilizado exclusivamente por una élite privilegiada. Debido al precio del pasaje (según estimaciones podía llegar a costar hasta más de seis mil euros esto, dependiendo del destino), el Concorde pasó a ser un medio de transporte elitista.
El valor de cada unidad, que ascendía a 46 millones de dólares y su riguroso mantenimiento, poco a poco se hizo evidente que el costo tanto de la unidad como el operativo era demasiado alto.
Es así como el 30 de mayo de 2003, el Concorde realizó su último vuelo entre París y Nueva York, cerrando una era en la aviación y las puertas para un futuro lleno de aviones supersónicos, sin embargo Airbus de nueva cuenta nos esta abriendo la puerta, ¿seremos parte de ese futuro?
Por María Navarro