Fallar es una condición humana que está presente en todo momento, pero aprende a dimensionar los fracasos para que no limiten tu crecimiento integral y esto te permita seguir adelante con la plena consciencia de que aprendiste de los errores, que te preparas paras los nuevos desafíos y que eres los suficientemente inteligente a nivel emocional para distinguir que esto no te define.
Ciudad de México.- Dicen por ahí que los únicos que no fracasan son los que no han intentado nada ni se han arriesgado por algo y puede ser que tengan razón, ya que el hecho de equivocarse y que las cosas resulten diferente a lo que imaginamos es altamente probable, lo que marca la tendencia de que a cualquiera le puede suceder, siendo incluso los mejores en sus ámbitos.
Partiendo de esto, aprende a dimensionar los fracasos para que no limiten tu crecimiento, ya que es muy común asociar esto de manera casi inmediata con el hecho de que también como personas hemos fallado y esto nos convierte en unos perdedores y así no sentimos, nos asumimos y queremos que los demás nos perciban de esa forma.
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Pero en realidad, cuando una persona cuenta con la suficiente inteligencia emocional, puede distinguir esto y marcar los límites entre las cosas, ya que un fracaso profesional o empresarial no significa que como persona también se haya fallado.
Esto también está relacionado con el hecho de saberse valorar como seres humanos y como personas únicas y sobre todo, eliminar la idea de que uno vale por lo que hace o por lo que ha conseguido a nivel profesional y así, tener una plena consciencia de que somos mucho más que eso.
Con este tipo de pensamientos, es más probable que los fracasos en cualquier ámbito no se sobre dimensionen y se queden en esos límites, es decir, si se falló en la escuela, el trabajo o el negocio, esto no debe trascender ni dañar la percepción que se tenga como persona de manera integral.