¿Cómo afrontar tu trabajo desde la mirada de un niño?

Cuando sea grande quiero ser… Esa frase ronda la mente de todos los niños, pero al ser adulto ¿en verdad se cumplieron esas expectativas?

Ciudad de México.- Con motivo del Día del Niño, es bueno recordarle a los adultos las expectativas que de niños llegaron a tener, e invitarlos a disfrutar de nueva cuenta esas alegrías e ilusiones que formaron su infancia, pero trasladadas al reto laboral del presente.

Para revivir y conmemorar esas memorias existen unos cuantos tips que podrían facilitar ese olvidado pero emocionante sendero.

– Como adulto, hay que tener muy presente que es vital destacar siempre los pensamientos positivos y desechar lo negativo, justo como un niño lo haría.

– Además, hay que explotar la creatividad, poniendo en marcha todas las ideas, por más extravagantes que parezcan.

– Es importante disfrutar de cada momento, inclusive cuando se presentan dificultades.

– No puede quedar fuera el trabajo en equipo y con ello crear un ambiente divertido.

– Para cerrar, nada supera al aprendizaje cuando se realiza con entusiasmo y alegría.

Por esto y más es importante no dejar  la actitud positiva que nos distinguía de pequeños, hoy podemos realizar todas nuestras actividades con intensidad y emoción.

Cuando somos felices la productividad aumenta sin percibirlo. Si ya no nos motiva el trabajo, tal vez, sea momento de abrir el camino a nuevos retos y oportunidades.

La mayoría de los pequeños cuando se les pregunta sobre ¿qué quisieran ser de grandes? Sus preguntas están muy apegadas a:

– Labores creativos

– Trabajos “fuera de lo común”

– Puestos de alto rango

– Ayuda a sus compañeros

Esas expectativas ¿siguen presentes o sencillamente la adultez nos ha alcanzado?

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