El aumento en las preocupaciones por falta de dinero, deudas enormes y exigencias superiores en los trabajos, hacen que las condiciones económicas y laborales afecten salud de las personas, elevando el riesgo de sufrir enfermedades graves.
Ciudad de México.- La vida moderna tiene un ritmo muy acelerado, con la inmediatez como regla general y plazos muy cortos para cumplir con los objetivos, la calidad de convivencia de las personas ha perdido valor en contra parte con el crecimiento de las preocupaciones económicas.
El estrés es la principal consecuencia de esto y de acuerdo a la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo, a este mal se le considera “como la segunda causa de problemas de salud asociada al trabajo”.
Pero esto también se combina con las “exigencias de la economía global, tan competitiva y deshumanizada”, que ha producido cambios importantes en “los hábitos personales, sociales y laborales, convirtiendo al estrés en un protagonista fundamental en la salud y la economía”.
De acuerdo a un trabajo de investigación realizado por la Universidad Libre de Ámsterdam, los especialistas aseguran que “las personas nacidas en plena recesión se encuentran en mayor riesgo de sufrir problemas cardíacos más adelante en la vida y viven en promedio 15 meses menos que los nacidos en mejores condiciones políticas y económicas”.
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Los mexicanos los más estresados
Y en este escenario, parece que los mexicanos somos los que más padecemos estas condiciones, ya que un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), nos colocó como el país que mayor estrés sufre a nivel mundial.
Según este documento, 75 por ciento de los mexicanos padece estrés, seguidos por China, con 73 por ciento; y Estados Unidos, con 59 por ciento.
“En México, el estrés está asociado principalmente al ámbito laboral, por un desequilibrio entre las responsabilidades, exigencias y presiones que van en desventaja de la capacidad, preparación y hasta el carácter de cada uno de los trabajadores”, afirma la OMS.
Esto ocasiona daños financieros importantes para las empresas y las finanzas personales, ya que según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se pueden contabilizar pérdidas anuales por 4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), todo derivado de las ausencias, falta de productividad e incluso accidentes ocasionados por el estrés
Finanzas familiares débiles
Pero esto toma mayores dimensiones cuando las condiciones económicas son débiles, los salarios no alcanzan para cubrir las necesidades de las personas y en el caso de nuestro país, que llevamos décadas de acumular pérdidas del poder adquisitivo.
“¿En malos tiempos económicos somos los mexicanos más sanos? No…”, asegura Salvador García Liñán, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Con graves preocupaciones económicas y poca accesibilidad a servicios de salud preventivos, nos estamos convirtiendo en una sociedad presa de los desajustes financieros.
“Nadie ha estudiado el efecto del incremento del precio de la tortilla, alquileres, transporte público, etc.” en la calidad de vida de la sociedad, asegura el investigador, pero “la crisis económica que sufrimos influye en la salud y en la felicidad de las personas” y concluye: “la incertidumbre sobre el futuro del país aumenta el estrés”.