Manejar de forma adecuada el estrés de la vida diaria requiere de asumir actitudes y acciones positivas que disminuyan los efectos dañinos de esta situación.
Ciudad de México.- Vivir bajo presiones es algo cotidiano y aumentan debido a las condiciones actuales de convivencia y exigencias laborales, por lo que para manejar de forma adecuada el estrés de la vida diaria es necesario asumir de manera consciente hábitos que ayuden a minimizar sus efectos negativos.
Una de la manera en que se puede afrontar mejor estas presiones, es por un lado, modificar los hábitos de alimentación, descanso y actividad física para dotar al cuerpo de elementos necesarios para reaccionar adecuadamente; pero también un cambio en la forma en que visualizamos y asumimos la vida.
“Nuestro cerebro necesita del sueño ya que durante el sueño consolidamos las memorias, hacemos nuevas conexiones, conservamos la energía e inconscientemente hacemos a un lado los problemas”, señala el sitio Entrepreneur.
Y agrega: “Tomar mucho alcohol afecta tu sueño. Dormir muy poco aumenta tu necesidad por la cafeína. Esto te lleva a pensar que necesitas un trago para relajarte. Este ciclo afecta tu salud y tu valor para las organizaciones”.
Esto hábitos reducen la capacidad física para soportar las presiones, por lo que disminuir su consumo será muy útil para manejar de forma adecuada el estrés de la vida diaria.
Por otra parte, existen elementos psicológicos y emocionales que pueden ser determinantes en la forma en que se asumen las presiones, ya que provocan lecturas e interpretaciones erróneas de la realidad.
Así, para manejar de forma adecuada el estrés de la vida diaria es necesario tener una percepción objetiva, justa y lo más alejado de interpretaciones emocionales, esto es algo muy complicado de alcanzar, pero en la medida en que se logre, será mayor el grado de efectividad en la búsqueda de soluciones a los problemas que nos aquejan.
A esto Entrepreneur le llama los modelos mentales, que “son los lentes por los que la gente ve al mundo. Traen significado a un evento, llenan los espacios de información, afectan la manera en la que reaccionamos frente a otros y representan cómo nos vemos a nosotros mismos, a otra gente y a las organizaciones”.
De esta manera, si no se logra cambiar esto, lo mejor es pedir ayuda a amigos, familiares o colegas, para determinar la forma en que reaccionamos bajo presión y en caso de no conseguir avances, es recomendable acudir con un profesional para modificar estos procesos mentales.
Deja una respuesta