Una cultura crediticia es de gran utilidad a la hora de decidirse a contratar un crédito, pues le brindará seguridad y tranquilidad al usuario. Por ello, conocer las características implícitas en términos como “acreedor” o “contrato”, puede ser la diferencia entre el buen uso o el derroche de los recursos obtenidos.
Ciudad de México.- De acuerdo con la empresa Buró de crédito, este es una palanca fundamental para el desarrollo de cualquier país, empresa o proyecto personal, que sin esta inyección de capital, tendrían poca o nula probabilidad de poder concretarse o concluirse. Por ello, consideran muy importante que las empresas y las personas en general cuenten con una sana cultura del crédito, que les permita aprovechar todos los beneficios que ofrece.
¿Qué es un crédito?
Se trata de una operación financiera en la cual el “acreedor” se compromete a transferir la propiedad de una suma monetaria –en dinero o en especie, dependiendo del tipo de crédito- al “deudor”, quien se compromete a devolver esos activos bajo las condiciones pactadas en el contrato, normalmente agregando una cantidad extra –que constituye el precio del crédito- a través de la “tasa de interés”.
Las instituciones financieras ofrecen distintos tipos de crédito para ajustarse a los clientes, dependiendo si se utilizarán para consumo o para invertirse en actividades productivas.
Créditos para hogares
- Tarjetas de crédito
Son tarjetas de plástico que sirven como medio de disposición de una línea de crédito reutilizable o “revolvente” –es decir, que se va recuperando conforme se va pagando-, otorgadas por un banco para la adquisición de bienes y servicios.
Al final de cada periodo de pago, el tarjetahabiente cumplido tiene tres opciones: pagar el mínimo establecido en el estado de cuenta de la tarjeta; pagar una cantidad superior a dicho mínimo, pero inferior al total de su deuda; y pagar el total de su deuda. En caso de que pague el total de la deuda antes o en la fecha límite de pago, el tarjetahabiente no pagará interés alguno por el uso de la tarjeta. Esta situación no ocurre en los dos primeros casos ya que el cliente debe pagar intereses por el monto del crédito utilizado no pagado.
- Crédito hipotecario
Son préstamos de dinero otorgados para la adquisición de bienes inmuebles –terrenos, casas o departamentos-, los cuales se dejan en garantía a favor de la institución que otorgó el préstamo. Generalmente, estos créditos tienen un plazo de pago de entre 10 y 30 años, periodo en el cual el cliente tiene que realizar pagos mensuales. Pueden tener una tasa de interés fija o variable. En los pagos mensuales que el deudor realiza se cubre parte del capital prestado así como los intereses del periodo.
- Créditos ABCD (Adquisición de Bienes de Consumo Duradero)
Se otorgan para que las personas adquieran bienes muebles que normalmente se consumen durante varios años, como aparatos electrodomésticos o computadoras, entre varios otros.
Créditos para empresas
- Créditos pyme (pequeñas y medianas empresas) / Microcréditos
Estos recursos son utilizados por las pymes para invertir en sus instalaciones o procesos de producción, como la adquisición de bienes intermedios o de capital. Pueden garantizarse con el bien inmueble donde esté ubicada la empresa, la maquinaria y demás bienes muebles de la pyme, o bien, con los bienes que se produzcan. La obligación de la empresa es devolver la cantidad de dinero que se le prestó, así como pagar los intereses, comisiones y, en su caso, gastos de administración.
Los microcréditos tienen la misma finalidad, pero su monto es mucho menor al ser otorgados a pequeños negocios.
- Créditos de habilitación y avío
Son otorgados para la industria y utilizados para la adquisición de materiales necesarios para la fabricación de los bienes que produce la empresa, como materias primas. También son utilizados para el pago de nómina o para cubrir los gastos directos que tenga que realizar la empresa. Se garantizan con las materias primas adquiridas con el crédito o con los bienes producidos, aun con aquellos que se espera producir en el futuro.
- Créditos refaccionarios
Son muy semejantes a los de habilitación o avío, sólo que están destinados a la producción agrícola.
El contrato de crédito
Primero que nada, un contrato de este tipo tiene carácter de oneroso, por no ser gratuito, y consta de los siguientes elementos:
– Una institución crediticia o acreedor como la persona que da el préstamo, pues cuenta con capacidad para ello.
– De un receptor o deudor como la persona que recibe el préstamo, y que cuenta con capacidad para pagarlo.
– También puede aparecer en el contrato un garante o fiador para la devolución del préstamo, o la prenda de un bien como garantía para este efecto.
Un elemento muy importante en el contrato de crédito es la tasa de interés, que se expresa siempre en términos de porcentaje durante un plazo determinado, y representa lo que se pagará al pedir prestado dinero. Esto quiere decir que si una persona solicita 1,000 pesos de crédito con una tasa de interés del 10% anual, al finalizar el plazo tendrá que haber pagado 1,100 pesos.
Es necesario comprender la importancia de contar con una sólida cultura crediticia, sobre todo para los consumidores y las pequeñas empresas, que suelen contratar deudas sin la adecuada asesoría legal. Sólo así podrá garantizarse que los créditos en verdad representen un beneficio y no una pesada carga.
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