La vida moderna y las presiones a las que estamos sometidos, dado el consumo generalizado y la creencia de que el éxito, la felicidad y el bienestar solo vienen de las posesiones que pueda tener una persona, hacen que muchas veces se confunda la visión y misión del por qué trabajamos y nos esforzamos, por eso dale una dimensión justa a las cosas materiales y no te esclavices del dinero.
Ciudad de México.- La plenitud que alcanzan algunas personas sin importar lo que realicen en su vida laboral o la categoría que esto tenga en un organigrama, es una de las mayores virtudes que permiten no solo disfrutar de la vida misma en su sentido más amplio, sino de liberarse de las cosas materiales y darles un sentido justo.
Tal como lo dijo en su momento Mahatma Gandhi “el capital no es un mal en sí mismo. El mal radica en su mal uso…” y eso es el peligro latente al que nos enfrentamos día a día, al hecho de creer que se necesita trabajar más para tener más “riqueza” material y desperdiciar parte de la vida en la urgencia de tratar de acumular cosas que a veces no sirven de nada.
Esto lleva a las personas a estar insatisfechas con sus empleos y con la vida, porque consideran que no le pagan lo justo, hacen todo pensando en obtener algún dinero extra y buscan beneficiarse de cualquier situación, lo que a la larga lo único que ocasiona son problemas.
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Lo ideal entonces es buscar un empleo que pague lo justo por lo que hacemos pero que además, represente una satisfacción personal única, que nos motive y signifique que recibimos un salario emocional que contribuye a nuestro desarrollo integral.
Pero si solo se mide el salario desde una cuestión monetaria, esto nunca será lo justo y tal como lo señala el sitio Entrepreneur, “aunque seas el empleado mejor pagado, sentirás que no ganas lo suficiente. Por lo mismo, siempre te quejarás sobre tu sueldo y hablarás sobre como a otra persona le pagan mucho más”.
Así, si bien el dinero es necesario para satisfacer las necesidades básicas y mantener una buena calidad de vida, lo cierto es que dedicarle todo nuestro esfuerzo, tiempo y recursos intelectuales y emocionales para tratar de acumular una riqueza material desproporcionada, nos llevará a un punto sin retorno en donde siempre hará falta algo más y que desafortunadamente no se puede comprar; llámese salud, amor, amistad o la vida misma.