El Banxico decidió mantener en 3.0 por ciento el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día; señala que la economía presentó un ritmo de crecimiento más moderado que el primer trimestre.
Ciudad de México (elsemanario.com).- La actividad económica en México presentó un ritmo de crecimiento más moderado que en el trimestre previo, en particular, la demanda externa registró una pérdida de dinamismo, coincidieron los miembros de la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico).
De acuerdo a la minuta de su reunión del pasado 4 de junio, el comportamiento de la economía nacional fue como consecuencia de factores transitorios que afectaron la actividad económica en Estados Unidos. No obstante, resalta que gracias al desvanecimiento de dichos factores, en marzo y abril las exportaciones manufactureras exhibieron una ligera mejoría.
En cuanto a la demanda interna, señala que el consumo privado continuó mostrando una modesta recuperación, a lo cual posiblemente contribuyó el mejor desempeño de la masa salarial de los trabajadores. Por su parte, la inversión fija bruta presentó un menor ritmo de crecimiento que el observado en la segunda mitad del año pasado.
Considerando lo anterior, la Junta de Gobierno decidió por unanimidad mantener en 3 por ciento el objetivo para su tasa de interés de referencia, al considerar que el balance de riesgos para la inflación se mantiene sin cambio respecto a la decisión anterior.
Detalla que pese a que las condiciones cíclicas de la economía muestran debilidad, la inflación general ha mostrado un comportamiento positivo y se espera que continúe por debajo del objetivo durante 2015. Puntualiza que la inflación subyacente ha permanecido por debajo de 3 por ciento, al tiempo que se conservan y las expectativas de inflación, a pesar de la depreciación de la moneda nacional en los meses previos.
En la minuta 36 del Instituto central, dada a conocer este jueves, señala que los miembros de la Junta de Gobierno detectan riesgos para el crecimiento. Consideraron como factores la posibilidad de un nuevo descenso de la producción petrolera, así como un mayor deterioro de la confianza del productor.
Además, consideran el crecimiento de problemas sociales como un posible obstáculo para la actividad económica; además, señalan que una implementación de las reformas estructurales que no satisfaga las expectativas podrían afectar la confianza tanto de empresas como de hogares.
Como factores adicionales de riesgo, refieren que la reciente recuperación del consumo privado puede debilitarse en ausencia de una mejora más clara de sus determinantes, y que la economía mexicana puede enfrentar un entorno externo más complicado de lo previsto en caso de una recuperación débil de la economía de Estados Unidos o de un periodo prolongado de incertidumbre como resultado de la normalización de la política monetaria de ese país.