Los números colocan a nuestro país como uno de mayor dinamismo y la economía mexicana sigue creciendo, ¿pero es suficiente para un mayor desarrollo? Al parecer las estadísticas macroeconómicas no se reflejan en los bolsillos de la mayoría de las personas.
Ciudad de México.- Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es uno de los pocos países en donde su economía ha mantenido un desempeño positivo y las proyecciones lo colocan en el mismo rumbo para este año, pero a nivel familiar las cosas pintan más complicadas.
Por un lado, la OCDE aseguró que el Producto Interno Bruto (PIB) nacional crecerá 2.5 por ciento en 2018 y en el primer trimestre de este año, fue uno de los seis países del Grupo de los Veinte (G20) que mayor recuperación presentó con 0.9 por ciento, pero a pesar de esto, disminuyó desde el 1.1 por ciento del trimestre anterior.
Además de México, en el grupo que mayor crecimiento económico tuvo, se encuentra Corea, Australia, Brasil, Turquía e India.
Pero según cifras del El Economista, “el crecimiento económico del país durante el año pasado (que fue de 2.0 por ciento anual) se apuesta como el más bajo de los últimos cuatro años, lastrado por la actividad industrial y por una leve desaceleración del sector servicios”.
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Más allá de las cifras macroeconómicas
Pero a pesar de estas cifras positivas, El Colegio de México (Colmex) publicó recientemente un trabajo de investigación denominado Desigualdades en México 2018, donde plantea un panorama general de la situación económica que viven la mayoría de las personas en nuestro país.
Según este documento, “desde hace 17 años las oportunidades para acceder a empleos de calidad en México han disminuido”, esto a pesar de que según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el desempleo está en su nivel más bajo de los últimos 13 años.
Sin embargo, 24 por ciento de los trabajadores gana hasta un salario mínimo y 45.3 por ciento de la fuerza laboral no tiene prestaciones de ley. Además, los salarios se han deteriorado en un 32 por ciento para las “personas con alta escolaridad, sin una mejora sustancial en los ingresos de los otros grupos”, de acuerdo al estudio del Colmex.
Esto implica que las oportunidades, los empleos e incluso la llegada de inversiones a México, que en 2017 sumaron 29 mil 70 millones de dólares según el gobierno federal, no se han reflejado en el bienestar de las familias mexicanas.
Por lo que según Sonia Araujo, economista senior de la OCDE, “en el siglo XXI, México ha crecido un promedio de 2.2 por ciento anual”, pero si se “quiere recuperar el retraso en el nivel de bienestar económico y social con respecto a los países desarrollados, tiene que crecer más”.
Esto lo confirma Gabriela Ramos, directora de la OCDE, quien asegura que “México tiene que considerar que la desigualdad y la pobreza son un obstáculo para el crecimiento económico”.
Riesgos para la economía
Pero a pesar de que la economía mexicana “se ha mostrado resiliente gracias a la solidez de sus fundamentos macroeconómicos”, dice la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), para este año aún se tienen que sortear riesgos importantes.
Uno de ellos es la incertidumbre por las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que podría “lastrar la inversión privada” y aumentar la volatilidad en los mercados cambiarios, dice la OCDE.
De esta manera “se avecinan riesgos importantes causados por tensiones comerciales, vulnerabilidades del mercado financiero y alzas en los precios del petróleo; asimismo, que queda mucho por hacer para alcanzar una fuerte y resiliente mejora a mediano plazo en el nivel de vida” de los mexicanos, concluye Álvaro Pereira, economista de esta organización.
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