El país que no se capacita…

México no se maneja bajo la idea de la capacitación como un requisito indispensable para impulsar la economía y el desarrollo nacional, lo que genera graves consecuencias en la productividad.

Ciudad de México (elsemanario.com). La ley federal de trabajo (LFT) señala que la capacitación laboral no solo es un derecho de los trabajadores sino una obligación de quienes los emplean. En México la formación a los empleados esta vinculada con el trabajo formal; la capacitación puede provenir de los propios programas que diseñan y desarrollan las empresas, los que se dan en los centros de trabajo, los que se ofrecen por parte de instituciones y programas del gobierno, los que ofrecen las cámaras industriales y de comercio o los propuestos a través de los sindicatos.

Aun cuando no faltan las herramientas y programas para capacitar a los trabajadores, cerca de un 50 por ciento de los centros de trabajo no cumple con esta responsabilidad. Se tiene el registro de 2,345 mil 265 personas capacitadas a nivel nacional, mediante programas que desarrollo la propia empresa y que se registran ante la STPS, la cifra de estos programas alcanzan a cubrir los 18 mil registros según cifras del PAC.

De acuerdo con el ultimo foro internacional, Transformación: habilidades para la productividad, organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo y la SEP el pasado abril dentro de la ciudad de México, la realidad productiva del país se encuentra en una crisis. Se llego a la conclusión que la única forma de superarla es reforzando las relaciones entre la educación y la producción; según sus cifras 63 por ciento de los trabajadores mexicanos no participan en programas formales de capacitación.

Las empresas en México no se manejan bajo la idea de la capacitación como un requisito indispensable para impulsar la economía y el desarrollo nacional, solo el 0.01 por ciento del PIB es destinado para la capacitación laboral.

La capacitación es un proceso a través del cual se adquieren, actualizan y desarrollan conocimientos, habilidades y actitudes para el mejor desempeño de una función laboral o conjunto de ellas. Un conocimiento pleno sobre el puesto de trabajo tiene consecuencias directas en los resultados de producción, aun cuando la mayoría de las personas cuentan con las habilidades para realizar sus funciones como empleados, hace falta una estructuración del conocimiento con respecto a las herramientas o tecnologías implementadas para trabajar más eficientemente.

Los empleadores creen que existe un ahorro en no capacitar a su personal, dejan de lado que existen diversos programas públicos que pueden ayudar a solventar esta inversión, pero en realidad la falta de capacitación al personal genera un gasto aun mayor a largo plazo, cuando los procesos se realizan incompletos o mal dentro de una empresa las ramificaciones negativas que trae por consecuencia se reflejan en toda la estructura de la organización y no solo en el departamento o área disfuncional.

El tema de la capacitación laboral es urgente para poner a los trabajadores y a las empresas a un nivel más cercano al de la competencia internacional. Las empresas mexicanas necesitan tomar las riendas de las habilidades y alcances de sus empleados, promoviendo la capacitación y asegurándose que cumplan con los requisitos que su puesto les solicita.

En 2014, el Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol) fortaleció el Sistema Integral de Capacitación y ofreció cursos de actualización mediante capacitación presencial, focalizada y a distancia en beneficio de más de 73 mil personas. El organismo de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) informó que con una inversión de 4.3 millones de pesos además capacitó a grupos, actores sociales, servidores públicos y organizaciones de la sociedad civil (OSC), al tiempo que apoyó 16 proyectos.

Algunas de las capacitaciones que se otorgan por parte del gobierno, están especialmente dirigidas a generar experiencia laboral mediante la ocupación productiva del individuo en las empresas, ofrecen beneficios como pago de materiales e instructores para la capacitación, apoyo económico para la persona que esta tomando el curso, apoyo para transporte, constancias de acreditación y posibilidades de crecimiento.

El ámbito privado no debe de dejar de lado todas las buenas ofertas que propone el gobierno en ayuda a las empresas para conseguir que sus empleados mantengan un óptimo nivel de conocimientos y desarrollo funcional, esto solo puede traer beneficios visibles para la organización.  Las empresas que no capacitan a su personal, y el personal que no exige capacitación constante, se encuentran susceptibles a caer en el estancamiento y la baja producción.

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