Las empresas emprendedoras son las principales emisoras de las mercancías que exporta México, por lo cual es importante su impulso desde la educación universitaria.
Ciudad de México – Aunque México tiene vocación exportadora, la realidad es que sólo 20 por ciento de las exportaciones en el país es de empresas nacionales, afirma Olga Gil, académica de la Escuela de Negocios del Iteso.
“La mayor parte de estas exportaciones son realizadas por empresas extranjeras radicadas en el país”, señaló la académica del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (Iteso).
Añadió que es importante que las escuelas volteen a ver a sus investigadores, que consideren su trabajo al momento de tomar decisiones y que éste se traduzca en elementos formativos. De lo contrario, todo quedará en el papel y en las publicaciones.
Olga Gil escribió un artículo en el que hizo un perfil del exportador mexicano exitoso y para darle más rigor científico y académico a su investigación, trabajó junto con el psicólogo Antonio Núñez Partido, académico de la Universidad Pontificia Comillas, de Madrid.
El resultado fue el artículo titulado “Factores de personalidad asociados al éxito en las exportaciones de empresarios mexicanos”, que fue incluido en el programa de las XXVII Jornadas Hispano-Lusas 2017, organizadas por la Universidad de Alicante, en España, y llevadas a cabo en febrero pasado.
Como se adelanta en el título, lo que Olga Gil buscaba con su investigación era revelar qué tienen de diferente los exportadores exitosos en relación con aquellos que no consiguen llevar sus proyectos a buen puerto.
De esta manera, realizó un estudio con 32 empresarios exitosos y salieron a relucir tres factores en los que todos coincidían.
“En primer lugar, el empuje, entendido como la fuerza interior para no darse por vencidos. Estos empresarios tienen la visión de a dónde van y la transforman en metas claras”, explicó Gil.
El segundo factor es el liderazgo, que es “la capacidad de influenciar y de sumar a otras personas a su proyecto. Hay una claridad en la importancia del trabajo en equipo y la colaboración”.
El tercer elemento, dijo, es el cumplimiento de las normativas. “Estos empresarios llegan a los mercados internacionales a hacer bien las cosas. No es cierto que para tener éxito hay que ser corrupto. Por el contrario, hay que cumplir las reglas para salir y entrar a otro país”.
A estos tres elementos, Olga Gil suma la constancia, definida como “la disciplina en la operación, en los procesos” y agregó que, en muchos casos, los estudiantes tienen muy afinada la constancia.
“Es decir, son buenos ejecutores de procesos, pero les falta apuntalar los otros tres factores, lo que resulta fundamental porque, en un ambiente en constante cambio como es el del comercio internacional, “estas características dan herramientas que permiten la flexibilidad en entornos cambiantes”.
Para la también representante del Iteso ante el Consejo Mexicano de Comercio Exterior, a pesar de todo lo que se ha dicho en torno a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte “no hay pánico en los exportadores mexicanos. Ahora enfrentan mejores escenarios que los que había cuando éste se firmó”.