Con el nuevo etiquetado en alimentos, aumentará el riesgo de personas con obesidad, sobrepeso, diabetes y enfermedades crónicas, debido a la confusión que provocan.
Ciudad de México.- La orden de un nuevo etiquetado frontal para alimentos y bebidas fue publicado el pasado 14 de febrero en el Diario Oficial de la Federación.
En dicho decreto se hacen cambios a los siguientes puntos de regulación:
-Etiquetado de alimentos y bebidas alcohólicas.
-Publicidad de alimentos y bebidas no alcohólicas.
Las nuevas medidas para el etiquetado representan un avance, sin embargo, son varios los errores que se cometieron y que si bien por un lado beneficiará a la industria de los alimentos en el país, se afecta al consumidor porque son más las faltas que los aciertos hechos con la medida.
En contra del consumidor, según la Alianza por la Salud Alimentaria (ASA), no se “cumple con las recomendaciones internacionales de salud y está hecho a la medida de la industria”.
Para la maestra Anabel Velasco, investigadora del Instituto Nacional de Salud, el que haya una regulación es un gran avance comparado a como estábamos anteriormente, [error uno] “pero la forma que eligieron de etiquetado frontal, utilizando los GDA´s (Guías Diarias de Alimentación), no es el correcto porque se han hecho estudios en el Instituto y se vio que no era comprensible por la población, incluso en el estudio que nosotros hicimos, se vio que los estudiantes de nutrición no los entendían, entonces esto sí es algo preocupante”.
“Paralelo a la nueva regulación, a parte de los GDA´s (los productos) [error dos] traerán un sello de calidad que también puede llegar a confundir al consumidor que no va a saber ni que mirar, por un lado el sello de calidad le puede decir que si es bueno, pero también verán los GDA´s y no van a entender”, advierte Velasco en entrevista a elsemanario.com.
Los GDA´s es una forma de etiquetado frontal que fue creado por la industria de alimentos cuando se empezó a tratar de regularlos en muchos países.
Otro problema señalado en el nuevo etiquetado es que [error tres] el método utiliza una especie de cuadros que se ponen en el etiquetado frontal de cada producto.
“Te da un porcentaje de adecuación de cada nutrimento sin embargo, están considerando una dieta de dos mil kilocalorías, cuando en México los requerimientos de la población son menores, alrededor de mil 700, mil 800 calorías y alrededor de mil 600 calorías en niñ@s, entonces ya nos están dando un porcentaje de adecuación que no puede ser aplicado para toda la población y mucho menos para México”, señala.
Una parte positiva de este nuevo etiquetado, reconoce Velasco, es que en todos los productos, sin importar su presentación individual o familiar (por el número de porciones contenidas), ya van a tener el número total de calorías y en los familiares vendrá el número total de calorías y por porción, la adecuación y a qué equivale.
“Si alguien compra un refresco de tres litros va a tener el total de calorías que tienen esos tres litros”, advierte.
A favor de la industria de alimentos empaquetados y envasados en México está el plazo en el que tendrán que llevar a cabo los cambios.
“Esto tiene un costo e impacto para la industria y como no se trata de perjudicarlos, normalmente en toda regulación se da un plazo, para que ellos modifiquen el producto que tienen y su tamaño. Parte de lo que se pretende con esta medida es que haya una reformulación, pues incluso algunos cereales que dan la impresión de ser saludables, no pasan el criterio, no tendrían un sello nutrimental porque no cumplen ya sea con los azúcares o con el sodio. También en la página web de Nestlé anunciaron que ya están reformulando sus cereales y todo esto es por las regulaciones, es algo deseable pero está el riesgo de que productos que no mejoren la densidad energética, con bajar su porción de sodio ya van a entrar y la gente se va a estar metiendo grandes cantidades de energía”, advierte Velasco.
-Comparado con los recientes cambios anunciados en Estados Unidos, el etiquetado en México ¿en qué lugar se encuentra?
-Es un avance pero en EU y en México siguen al margen de lo que dice la industria, uno de los más grandes problemas de este etiquetado son los criterios nutrimentales y en azúcares, justo la semana pasada la OMS dio a conocer los nuevos límites de consumo de azúcar que antes estaban en diez por ciento y ahora establecieron, mediante evidencia científica, que debe de ser menor a cinco por ciento, lo que equivale a 25 gramos de azúcar. También mencionaron en la OMS que (el consumo tope) realista sigue en diez por ciento, aunque el ideal es cinco por ciento, [error cuatro] pero la industria (en México), como quedó el etiquetado establece el 18 por ciento (90 gramos de azúcar), entonces habrá productos que tengan esta porción de 90 gramos de azúcar y contar con un sello de calidad, cuando la OMS está diciendo que deben de tener menos de 25 gramos.
“Hay productos que no van a tener el sello de calidad aunque cumplan con los requerimientos, tiene una deficiencia este etiquetado pero no está del todo mal, dentro de los puntos es que es contradictorio, pues vamos a tener productos que, de acuerdo a la Ley de Ingresos de la Federación, son candidatos al cobro de impuestos cuando rebasan el límite de necesidad energética de 275 kilocalorías por cien gramos y a la vez van a tener un sello nutrimental; entonces es algo confuso, porque serán productos con un impuesto ya que tienen un riesgo para la obesidad y enfermedades crónicas, pero por el otro lado están diciendo que se consuma porque es de calidad”.
Por Octavio N. Cervantes.