La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, podría estar apresurando los pasos para aumentar la tasa de interés en busca de reducir los impactos de Donald Trump en la inflación.
Después de haber modificado su política monetaria por dos aumentos en la tasa de interés en diez años, la Fed estaría realizado movimientos encaminados a aplicar nuevos incrementos a la brevedad y evitar efectos inflacionarios derivados de las políticas proteccionistas anunciadas por el gobierno de Donald Trump.
Según estimaciones del economista de Barclays, Rob Martin, Janet Yellen, presidenta de la Fed, podría enviar un mensaje este viernes 3 de marzo cuando hable en el Club de Chicago, basando su estimación en los mensajes enviados previamente por los tres funcionarios más importantes de la Fed en los últimos días.
El presidente de la Fed en Nueva York, William Dudley, el gobernador de la Fed, Lael Brainard, por lo general muy pesimista, y el gobernador de la Fed, Jerome Powell; “Un orador tras otro, ya sea que se encuentran en el extremo pesimista o en la línea dura del espectro, todos se han desplazado hacia la derecha”, sostuvo Rob Martin, y añadió que “cuando los presidentes regionales salen y hablan, que no son todos tan coordinados. Cuando vemos un mensaje similar, se siente una comunicación coordinada”.
Las políticas de Donald Trump podrían orillar a la Fed a salir de su línea tradicional y reconsiderar factores inflacionarios en riesgo de reactivarse este año.
En los últimos años, la Fed había mantenido sin movimientos su política monetaria con base al comportamiento de variables macroeconómicas. El mercado laboral estadunidense se ha mantenido solido con una tasa de desempleo del 4.8 por ciento, cercana a lo que los economistas consideran empleo pleno; factor que el banco central analiza para determinar sus políticas.
Así mismo, la media de ingresos por hora ha seguido fortaleciendo durante gran parte del último año del gobierno de Barack Obama, siendo otro indicador de que el banco central tendrá en consideración en su intento de salir adelante de cualquier presión potencial inflacionaria dentro de la economía.
El índice de precios al consumo (IPC) avanzó de 0.6 por ciento en enero, en datos corregidos de variaciones estacionales, en relación con diciembre, su mayor ritmo en casi cuatro años.
Los analistas esperaban un progreso de 0.3 por ciento. Los precios de la energía empujaron el alza con un aumento de 4 por ciento en el mes.
Estas figuras sugieren que las presiones inflacionarias en la economía más grande del mundo están empezando a cobrar fuerza, lo que podría reforzar la necesidad de ajustar la política monetaria de forma más agresiva a lo largo del 2017.
De hecho, gran parte de 2016 mostró también avances en la inflación en general, lo que ha colocado una presión adicional sobre la Fed para actuar sobre las tasas.