Hasta el momento se han identificado a cuatro empresas que han realizado importación indebida del metal lo que, además de contribuir a la crisis por el mercadeo desleal, también perjudicó a la recaudación de impuestos por aproximadamente 450 millones de pesos.
México (elsemanario.com).- El conflicto del acero parece que empieza a salir del nivel de crisis. El acuerdo logrado con los industriales nacionales y la fuerza laboral del sector son un gran principio. A esto, se suman las acciones que emprende el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y que parece, empiezan a dar resultados. Sin embargo, aún queda tarea por hacer.
Se dio a conocer que el órgano fiscalizador identificó a cuatro empresas importadoras de acero que incurrieron en actos de evasión de impuestos al importar el metal en 25 por ciento debajo del precio real, lo que significó un daño al erario por aproximadamente 560 millones de pesos.
De acuerdo con el SAT, se logró identificar las malas prácticas gracias a una investigación que emprendió luego de detectar que en los últimos años, estas firmas realizaron movimientos ilícitos, razón por la cual se les practicó una auditoría.
Esto sucede a escasos dos días de que seis empresas fueran dadas de baja del padrón de importadores, luego que se detectara que realizaron trámites de subvaluación en productos de acero, es decir, por debajo del valor real de la mercancía.
Aunque la Administración General de Aduanas (AGA) indicó que estos son casos extraordinarios, es pertinente cuestionar si hay más empresas que realicen este tipo de movimientos ilícitos, esto si el SAT realizara una auditoria general a todas las importadoras de acero.
El conflicto del acero destapó un enorme problema para las autoridades mexicanas, pues además de la disputa por los precios desmedidamente bajos del acero chino, que motivaron la reacción de la industria acerera mexicana e internacional. Ahora salen a la luz una serie de irregularidades aduanales.
El gobierno debe tomar medidas importantes, pues basta con castigar a las empresas que incurran en prácticas ilegales para la importación del acero o cualquier otro producto. Si no deja de suceder que, como en este caso, agentes aduanales estén involucrados en importaciones indebidas (actualmente varios agentes son investigados), esta situación no parará y continuará afectando a la industria a y la recaudación de impuestos.
Las inversiones en infraestructura aduanera para su modernización y reforzamiento, así como las medidas anunciadas por las Secretarías de Economía y Hacienda no bastarán si no vienen acompañadas de una reestructuración seria del servicio público al interior de las aduanas.
Por I. Nava.