Precios controlados

La inflación en México registró su menor nivel desde agosto de 2016 en el mes de noviembre, con una variación de precios a tasa del 2.73 por ciento.

Si de algo tiene de que jactarse el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en temas económicos es del comportamiento de la inflación en México durante el primer año de su administración.

Cuando al presidente se le cuestiona sobre el nulo crecimiento económico y las bajas expectativas de los analistas sobre la economía mexicana, el punto referencial para insistir en que “vamos muy bien” es la inflación y el tipo de cambio.

¿Qué tanta razón tiene? De acuerdo con datos revelados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el mes de noviembre, el índice Nacional de Precios al Consumidor presentó una variación de 2.97 por ciento, lo que representó su menor nivel desde agosto de 2016 cuando se ubicó en 2.73 por ciento.

Los datos del Inegi ubican a la inflación ligeramente por debajo de la tasa objetivo fijada por Banco de México en 3 por ciento (+/- punto porcentual), una meta que en el sexenio previo se mantuvo con amplia brecha con tasa superiores al 6 por ciento.

Por una parte, la inflación no subyacente desaceleró a 0.98 por ciento, dato inferior observado durante el mes previo.

Este indicador toma en cuenta los productos de alta volatilidad de precios, como los son los productos agropecuarios y los energéticos.

De manera particular, los productos agropecuarios volvieron a trazar una trayectoria de precios a la baja, al registrar una variación de 2.18 por ciento, su menor nivel en catorce meses.

Al interior de esta categoría se observó que las frutas y verduras registraron una deflación de 1.48 por ciento a tasa anual (su menor nivel desde marzo de 2017), derivado en gran medida por la disminución de precios del jitomate (21.46 por ciento), tomate verde (33.93 por ciento), cebolla (11.7 por ciento) y chiles frescos (6.7 por ciento), el famoso ‘pico de gallo’.

A su vez, la inflación de productos energéticos y las tarifas autorizadas por el gobierno aumentaron 0.14 por ciento.

Por otra parte, la inflación subyacente, que es aquella que excluye de su contabilidad el comportamiento de los productos de alta volatilidad de precios, tocó su nivel más bajo en ocho meses, al ubicarse en 3.65 por ciento anual.

Esta desaceleración se explicó por la menor variación que reflejaron las mercancías (3.63 por ciento), aunque los servicios mostraron un ligero repunte de 3.67 por ciento anual.

En la variación mensual, la inflación mostró su nivel más alto en el último año, con un alza de 0.81 por ciento.

El fin de los subsidios a las tarifas eléctricas en algunos estados del país fue lo que más le ‘pegó’ a la inflación de noviembre, ya que este producto presentó un incremento de 23.33 por ciento.

Este aumento de precios fue compensado con la disminución de precios de otros productos como el limón (14.3 por ciento), el aguacate (11.87 por ciento), la naranja (8.72 por ciento) el chile serrano (5.42 por ciento) y la papa (2.68 por ciento).

La inflación acumulada se ubicó en 2.26 por ciento, su menor nivel para un periodo similar desde 2015.

Analistas de Grupo Financiero Banorte esperan que la inflación cierre el año en 3 por ciento a tasa anual, recordando que habrá un efecto de base favorable durante la primera quincena de diciembre.

Con información de INEGI y El Financiero

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