El alza en los precios de productos agroalimentarios y de combustibles en nuestro país han tenido un repunte importante en el último año y en febrero pasado, la inflación en México fue de las más altas de la OCDE, una situación generada por varios factores como la liberalización de los precios de los combustibles, la cotización del peso y la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Ciudad de México.- De acuerdo a Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en el segundo mes del año la inflación de alimentos y energéticos en México fue de los más altos de todos los países que la integran.
En el caso de los combustibles y energéticos, México tuvo un alza en los precios de 8.1 por ciento, una cifra que está muy por encima del 5.5 por ciento del promedio que registró la OCDE y solo superada por Australia, que reportó 11.2 por ciento.
Para los alimentos, el reporte de esta organización que retoma El Economista, señala que México tuvo una variación al alza de 7.7 por ciento anual en el segundo mes del año, “seis veces superior a la observada por el promedio de los países de la OCDE de 1.7 por ciento” y solo superado por Turquía, que tuvo una variación de 10.3 por ciento.
Para la inflación general, México también ocupó el segundo sitio con un 5.3 por ciento, un alza que fue impulsada por factores externos que han presionado a la economía nacional.
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¿Por qué es la inflación tan alta en México?
Estos niveles de inflación están determinados por circunstancias que se conjugaron de manera especial y según explicó Daniel Chiquiar, director de Investigación Económica del Banco de México (Banxico), uno de ellos fue la liberalización de los precios de los energéticos, una situación única que no vivió ningún país de la OCDE.
Según el funcionario, no se puede hacer un comparativo del comportamiento de precios de energéticos como el de México ya que “sólo el nuestro país vivió un proceso de liberalización”, por lo que lo más correcto sería hacerlo con respecto “sí mismo”, donde la “inflación mexicana de energéticos hiló dos meses consecutivos en desaceleración”.
Otro de los factores que han propiciado esta escalada de precios de alimentos y combustibles es por la incertidumbre generada por las negociaciones del TLCA, que han impactado el comportamiento del peso en el mercado cambiario y debilitando su cotización.
De esta manera, la inflación en México sigue siendo de las más altas al menos de la OCDE, a pesar de que ésta ha descendido desde el 6.7 por ciento que se registró en diciembre de 2017, hasta el 5.3 por ciento con que concluyó febrero pasado.