En el ámbito de los emprendedores, el concepto de la innovación disruptiva se ha convertido en la señal que marca el camino hacia el éxito, pero en la medida en que se le persigue en esa misma medida puede alejarse de nosotros, ya que esto no se logra solamente con el deseo de lograrlo, sino con un trabajo meticuloso que además de todo, incluye fracasos y frustraciones.
Ciudad de México.- Todos tenemos grandes ideas que creemos serán la quinta esencia de los negocios y revolucionarán el mercado, los consumidores caerán rendidos ante esos productos y no habrá nada que se le iguale, pero materializar esto en negocios exitosos está tan distante como querer alcanzar la luna solo estirando los brazos.
Cuando el profesor de la Universidad de Harvard, Clayton Christensen, acuñó la teoría de la innovación disruptiva, creó precisamente el efecto de revolucionar la visión de cómo hacer las cosas a través de enfocarse en cosas que harían la diferencia, pero a pesar de esto, para la gran mayoría de los emprendedores es muy complicado de materializar.
Una de las claves para avanzar en este sentido, es hacer un trabajo constante de investigación, análisis y cuantificación de las condiciones actuales del mercado, ya que si bien los avances tecnológicos están muy desarrollados, no todos están al alcance del grueso de la sociedad y es aquí en donde las pequeñas empresas o startups pueden crear su innovación disruptiva.
El camino de la innovación disruptiva
Y más allá de pensar en crear una gran computadora, un smartphone único o un vehículo súper potente, la estrategia para los emprendedores debe basarse en la visión de cambiar y revolucionar ciertos entornos con características específicas y revolucionar ese nicho de mercado.
El secreto está en el hecho de que “hacer innovación disruptiva es cubrir con tecnología algunas necesidades no satisfechas ofreciendo nuevos modelos de negocio”, dice el sitio Entrepreneur, pero lo más recomendable es mirar hacia los nichos que no pueden tener acceso a lo ya existente.
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Además, contrario a lo que se puede pensar de que hay que competir decididamente con las grandes empresas para poder lograr que la “cosas novedosas” puedan impactar las condiciones del mercado, la realidad dista mucho de esto y para tener éxito se debe caminar a la par de los gigantes, para descubrir así todos esos nichos que van dejando sin atender.
Tal como lo explica el sitio Ignius, “las empresas disruptoras deben estar alertas y preparadas para reconocer cuáles son los sectores de consumidores ‘desdeñados’ o ‘no atendidos’ por los grandes”, ofrecerles opciones y ganar terreno con pequeños pasos que en conjunto las hagan recorrer grandes distancias.
Es decir, no se puede correr ante de aprender a caminar, pero el enfoque debe ser ese, crear con el uso y apoyo de la tecnología opciones para mejorar la calidad de vida de los consumidores, ya que sin esto la innovación disruptiva no tendrá un mayor alcance y se quedará solo en lo comercial y por lo tanto, su ciclo de vida será muy corto.