La palabra “Mentados” es usada en el contexto de la RAE que la define como: “Que tiene fama o nombre, célebre.” En ese sentido, hablemos de los mentados meses sin intereses, principalmente de su efecto en la economía.
Dentro de las formas de pago que ofrecen actualmente los establecimientos existe la modalidad de pagar a “meses sin intereses”; pero ¿qué son? Es un “beneficio” del uso de las tarjetas de crédito. En pocas palabras, es un crédito al consumo en el que difieres tu ingreso futuro. En resumidas cuentas, es comprometer tu ingreso futuro, atentando contra el ahorro (futuro) e inversión (presente).
En la práctica, del monto total de tu tarjeta te descuentan el valor final del producto, mismo que les llega a las empresas si no inmediatamente sí en un corto plazo. Tu opción es ir pagando ese total al banco en “módicas” y “cómodas” mensualidades.
A las empresas les conviene porque obtienen liquidez a corto plazo, pero a los consumidores les merma su ingreso futuro. Aunado a una mala planificación financiera, hace que gran parte del ingreso futuro se vea comprometido, causando un gran número de deudores potenciales y sacando de la esfera productiva ese ingreso de más adelante. Las empresas venden a corto plazo, pero pierden potenciales clientes futuros (sin ingresos).
Las recomendaciones financieras dicen, o se cansan de decir, que no gastes más de lo que recibes, eso por un lado; por otro, las empresas te dan muchas opciones de pago. Algo no se está haciendo bien.
Contemplando que las mercancías tienen valor de uso y valor de cambio, el “mercado” le da sustento y peso al llamado valor de cambio, el llamado circuito Dinero-Mercancía-Dinero (D—M—D´); por lo tanto, el dinero, económicamente hablando, puede tomar dos rumbos dentro del llamado crecimiento, que es lo que ahorran (D´) de los agentes económicos y lo que la invierten (D´). En donde D´>D; sin embargo, con lo comprometido que está el ingreso futuro no sólo no es mayor, sino que puede ser igual D´=D´, y hasta menor D´<D.
La misma teoría dice que un consumidor racional debe consumir menos y ahorrar una parte de su (ingreso) renta; también dice que el ahorro es aquel dinero que guardamos para poder disponer de él en el futuro; mientras la inversión es aquel dinero que no gastamos ahora (presente) para que en el futuro sea mayor (ganancia por una tasa de interés). Hablamos de términos como riesgo, rentabilidad, liquidez, y tiempo. Todos y cada uno de ellos quedan sin efectos cuando no tienes qué ahorrar y/o invertir, hablo del agente económico familias. Si a eso le agregamos el salario (muy precario) y le sumamos la inflación, estamos hablando de un panorama económico muy complicado.
Unos me dirán que es culpa de los consumidores, que no saben organizar su ingreso, otros justificarán el complemento a su ingreso que les representa los mentados meses sin intereses. Sea cual sea quien tenga la culpa y/o razón, la única realidad es que vaya que afectan la economía.
Y sí, los meses sin intereses son una gran opción pata obtener productos que no se podría obtener con los recursos presentes de la gran mayoría de las familias. A muchos nos es grato y nos autojustificamos con la posibilidad de diferir un gasto que no se podría cubrir en el presente y accedemos a esa gran promoción. Recordemos que, económicamente, el futuro es incierto y que no se debería comprometer el ingreso futuro. Eso es lo que decide la teoría; sin embargo, en la práctica y en la realidad es muy diferente, no hay racionalidad en el consumo, no hay equidad en el ingreso; hay incertidumbre en la inflación y el tipo de cambio, aunado a una ola de inseguridad, que, aunque pareciera una particularidad de las tierras aztecas, se podría generalizar a la realidad económica en América Latina.
Esa generalización es válida ante el agotamiento del modelo económico neoliberal. No hay estructura nacional que sustente un crecimiento económico, la dependencia a la IED es terrible; a nivel nacional estamos replicando el patrón de consumo que nos ofrecen los meses sin intereses, nos endeudamos para el día a día, en aras de la creación de empleos y el crecimiento económico, pero estamos comprometiendo el ingreso (y ahorro) de las generaciones futuras, debido a los pagos mensuales (o anuales) que se deben garantizar. Según datos del Banco Mundial la “Deuda externa acumulada total (DOD, US$ a precios actuales)” de México para 2016 ascendió a 422,656,826,000.00
Es, en ese sentido, que los mentados meses sin intereses son un arma de doble filo, y si, aunado a eso, contemplamos que el ingreso no crece o lo hace de manera escueta (a diferencia de los otros indicadores, que vaya que crecen), algo no se está haciendo bien.