Se está haciendo costumbre que cada seis años los analistas incrementen los riesgos que atentan contra la economía mexicana, un fenómeno que en 2018 vuelve a ensombrecer las proyecciones de analistas.
Por tercera ocasión consecutiva, la incertidumbre es la invitada estelar en las elecciones presidenciales y el futuro de la economía política interna de México se vuelve el foco de atención de inversionistas y factor esencial para la estabilidad del peso.
De acuerdo a la Encuesta de Expectativas elaborada por Banco de México (Banxico) a analistas privados, en enero el 23.5 por ciento de los encuestados hizo referencia al impacto de las elecciones en la economía; sin embargo, este factor ha tomado mayor relevancia para los expertos.
En los últimos tres sexenios, la incertidumbre política como principal obstáculo de crecimiento se registró con mayor fuerza en 2006, año en el que Felipe Calderón resultó electo frente a la estrecha contienda que vivió con Andrés Manuel López Obrador.
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De acuerdo con datos de Banxico, en 2000, el 20.9 por ciento de los analistas encuestados refirieron el riesgo de cambio político como amenaza al crecimiento, y seis años después (2006) el porcentaje incrementó a 25.3 por ciento.
Para enero de 2012, cuando Enrique Peña Nieto enfrentaba en boletas a López Obrador, el cambios en la política interna del país no representó un riesgo para los analistas, dejando el factor en un corto 2.4 por ciento de amenaza para el crecimiento.
En 2018, el cambio de política se ubica como obstáculo al crecimiento bajo la estimación del 23.5 por ciento de los encuestados.
Sin embargo, el rumbo de la política interna de México no es lo único que implica un riesgo para la economía mexicana, los analistas adjudican a la inseguridad pública la segunda mayor preocupación con el 14.7 por ciento de los economistas.
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No podemos olvidar que México se encuentra en un proceso de negociación de su acuerdo comercial más relevante para su mercado externo.
La revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se ha convertido en otro tractor de riesgo para la economía.
¿En qué terminará todo? Las proyecciones de los analistas pueden revelar mejores panoramas económicos para México, pero la realidad es que no se conocerá hasta el fin de la negociación y después del 1 de julio.