Es evidente que el rol de la mujer en la sociedad actual ya no es el mismo que el de nuestras madres y abuelitas que fungían principalmente como administradoras del hogar y las encargadas de la crianza de los hijos. Ahora, no sólo desempeñan estos roles, sino que al mismo tiempo son estudiantes, profesionistas, emprendedoras, mamás, esposas, amigas y muchas cosas más. Pero ¿cómo lo hacen?
Ciudad de México.- Mariana Belloso es una editora, periodista y economista que desde los 20 años se convirtió en madre soltera pero que ha logrado mantener a sus hijas sin descuidar su desarrollo personal y profesional.
Cuando se embarazó a la mitad de su carrera universitaria, sin el apoyo de su novio y con ninguna estabilidad financiera, el aborto pudo parecer la mejor opción, pero nunca pudo considerarlo. Y es que la maternidad es algo que escapa a toda lógica, pues las estadísticas nos demuestran que en regiones como Latinoamérica, donde el nivel y las condiciones de vida no son precisamente las mejores, se tiene una de las tasas de natalidad más elevadas del mundo.
Mariana decidió continuar con su embarazo, pero también con su desarrollo profesional. Sin embargo, nadie dice que esto sea fácil.
“Hay días en los que uno no sabe ni qué hacer. Una vez cuando la niña se me enfermó de rotavirus, lloré y dije: ‘no voy a poder salir de esta, cómo voy a hacer’… Cuando de repente hay problemas económicos, el dinero no alcanza y la niña tiene hambre, pues eso, a veces uno dice por qué me metí en esto… O sea, sí, somos humanos y por más que queramos, siempre hay un momento en el que uno dice: ‘¡carajo!’ O uno piensa que qué diferente sería si hubiera hecho las cosas de diferente manera: ‘si primero me hubiera casado, si primero hubiera hecho mi casa, si primero me hubiera graduado’, la cosa es que se llegan a pensar”, comenta en una entrevista concedida al blog loquenotehancontado.wordpress.com.
“No obstante, en medio de todo ves al niño riéndose contigo y ya. Yo me acuerdo que en los días que estaba más cansada (que estuve estudiando, trabajando y que viajaba todo el tiempo en autobús) Adriana, que es mi niña mayor, tenía la costumbre de salir corriendo y decirme: ‘¡mamá, mamá!’ Y cuando yo la veía corriendo en la cochera a recogerme ahí se me olvidaba todo, los enojos, el hambre, el cansancio. Por eso ser mamá es una cosa que escapa la lógica; mis hijas son mi gasolina, ellas mismas son mi motor”, refiere en esa entrevista.
Otro factor que las mujeres como Mariana tienen que afrontar, estén casadas o no, es la discriminación en el ámbito laboral. “Hay jefes que abiertamente te dicen: ‘yo no contrato mujeres con niños porque sólo son permisos’. Eso es muy doloroso, porque así como era que de vez en cuando sí tenía problemas y me tocaba faltar a algunas cosas o llegar tarde, igual si eran las doce de la noche yo seguía trabajando, trataba de compensar. Pero ellos quizá no se dan cuenta; además, cuando tienes hijos y sabes que de tu trabajo depende que coman, te esfuerzas por hacer el trabajo bien, porque sabes que en cualquier momento te pueden despedir. Uno no puede darse el lujo de decir: ‘me voy de aquí’, por lo que aguanta más cosas que alguien sin responsabilidades”.
Después de muchos años de esfuerzo y dedicación, la ahora editora en jefe se considera una mujer exitosa en todos los sentidos.
“Yo sí me considero exitosa porque logré terminar lo que yo quería estudiar con todo y los problemas y dificultades. Tengo un trabajo que me gusta porque me encanta lo que hago; tengo un puesto de jefatura, y eso que en los medios de comunicación no hay muchas mujeres en este tipo de posiciones; tengo a mis dos niñas que están bien y sanas. Mi hija mayor está estudiando y es buena…”
“Tengo todo lo que necesito y ahí voy saliendo adelante como pueda, poco a poco… Entonces sí no me quejo, creo que soy una persona muy afortunada; tengo amigos que son como hermanos y están ahí cuando los necesito, tengo la oportunidad de seguir estudiando y realmente no hay algo en lo que yo me sienta frustrada y diga “esto no lo hice”, porque además por mi trabajo viajo bastante entonces he conocido muchos lugares, he conocido Sudamérica, Europa, Asia, Estados Unidos… Entonces no tengo ningún tipo de frustración en que yo digo que ‘porqué me convertí en mamá, no he hecho nada de esto o se me quedó pendiente esto’, realmente no. Y cuando te conviertes en mamá tus prioridades cambian, ya no son tan centradas en ti; ahora son también tus hijos, que estudien, que no les pase nada; y eso de que no les pase nada plantea un reto bien importante porque tienes que balancear que no les falten las cosas materiales pero también que no les falte tu cariño, tu tiempo y tu dedicación”, afirma.
De cualquier modo, Mariana le aconseja a las jóvenes que tienen como objetivo prepararse y estudiar para tener éxito profesional que se cuiden mucho, y que lo piensen bien. “A pesar de que yo no lo hice, pienso que cada quien es responsable de evaluar las condiciones en las que se encuentra, y tomar la mejor decisión posible. Piensen bien en lo que van a hacer porque no es fácil; se pueden llevar las dos cosas al mismo tiempo pero no es fácil. Si su prioridad en la vida es estudiar o trabajar y ser profesional, traten de hacer eso primero y enfocarse y no meterse todavía en compromisos de tener hijos antes porque si es más difícil, pues requiere no el doble, ni el triple, sino quizás unas diez veces más de esfuerzo de lo que tendría que ser si ella sólo estudiara o trabajara. Yo admiro mucho a la gente que estudia y se pasa sus estudios trabajando; pero estudiar, trabajar y tener hijos eso sí que es difícil, entonces hay que enfocarse”.
“Pero si por casualidad, por descuido, por coincidencia, por mal cálculo o porque se enamoraron terminan siendo mamás antes de lo planeado, pues que sean valientes y se hagan cargo de su responsabilidad, no se sientan frustradas porque la maternidad es otra aventura. Depende de ellas vivirla bien y al final nuestros hijos no tienen la culpa de que no hayamos hecho bien los cálculos o nos hayamos adelantado. Los hijos nunca son un error y como están las cosas hoy en día es opción de cada quien si se convierte o no en padre. Cada quien tiene la posibilidad de planificar su propia vida para no afectar la vida de los inocentes. A partir de ahora, tenemos que ser responsables de nuestra vida, pero también de la de nuestros hijos; entonces, que lo que nosotros hagamos no los termine afectando a ellos”, refiere.
La experiencia de Mariana habla por la de miles de mujeres que día con día se levantan a trabajar por brindarles una buena vida a sus familias. Y también, de que la maternidad no necesariamente trunca el desarrollo profesional. Según la encuesta anual realizada por la revista Expansión, de las 50 mujeres más exitosas del país, ocho de cada diez son casadas, y el 72% tiene en promedio 1.3 hijos.
Así, todo radica en la actitud con la que se afronte. Uno puede escudarse en la idea de que, por los hijos, se dejan de hacer cosas, o buscar el modo de que, quizá por caminos diferentes, se pueda llegar al mismo objetivo, y formar una familia unida y feliz.
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