De acuerdo con Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la economía mexicana atraviesa por un momento difícil ya que factores externos ejercen dura presión para sus finanzas.
México .- El organismo internacional estimó que el Producto Interno Bruto (PIB) de México crecerá este año un 2.2 por ciento, un 2.5 por ciento en 2019 y un 2.8 por ciento en el año 2020.
“La situación mexicana transcurre por una situación difícil. En un contexto de aires externos desfavorables y un muy reducido margen de maniobra en las finanzas públicas que deja la actual administración, el nuevo gobierno tiene que hilar fino para no desequilibrar las principales variables financieras y lograr el control inflacionario. Mientras tanto sigue abierta la posibilidad de más incrementos en la tasa de interés de referencia”, acotó en su reporte.
Así mismo indicó que el consumo interno y las fuertes exportaciones que están impulsando el comportamiento positivo de la economía mexicana, que “crecerá” más fuerte en los próximos dos años “a medida que los riesgos vayan disminuyendo”.
Según los autores del informe, México “ha seguido beneficiándose de la fuerte demanda externa, particularmente de Estados Unidos”. Por el contrario, “la disminución de la producción de petróleo continúa siendo un lastre para el crecimiento” del PIB de México, indicó la OCDE.
En tanto, señaló que el bajo desempleo, la fortaleza de las remesas y la recuperación de los salarios reales están apoyando el consumo de los hogares en México.
“La inversión, que ha sido persistentemente baja, se fortalecerá gracias a los anunciados planes de inversión pública y a una mayor confianza ligada al Acuerdo comercial Estados Unidos-México-Canadá”, enfatizó.
Pero agregó que más allá de 2020, México podría sufrir un recorte de sus exportaciones a Estados Unidos debido “a una desaceleración prevista de la economía” de la unión americana.
Los especialistas consideraron como otro “riesgo” el incremento de la inflación en México, provocado por la subida de los precios de la energía y las nuevas presiones sobre la depreciación del peso.
“Un riesgo positivo pasa por una implementación más rápida de los planes de inversión petroleros, que impulsarían las exportaciones, mejorarían el comercio y reducirían el déficit comercial de energía”, apuntó la OCDE.
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En tanto, en el ámbito internacional, la OCDE dijo que la economía mundial también sufrirá una leve desaceleración en los próximos dos años en los que crecerá en torno al 3.5 por ciento, “el crecimiento del PIB mundial disminuirá gradualmente”.
El documento establece que la expansión mundial ha alcanzado su punto máximo” en 2018, año en el que el PIB global crecerá según las previsiones de la OCDE un 3.7 por ciento.
A partir del año próximo el ritmo se desacelerará y rondará el 3.5 por ciento de crecimiento anual tanto en 2019 como en 2020, dos décimas menos que este año, según las previsiones de la OCDE, que publica dos veces al año, la última en la primavera pasada.
“La economía global -pronosticamos- tendrá un aterrizaje suave”, confirmó la jefa de Economía de la OCDE, Laurence Boone.
Señaló como factores de la ralentización que “el comercio mundial y la inversión se han desacelerado a raíz de los aumentos de los aranceles bilaterales”. Además, “muchas economías de mercados emergentes están experimentando salidas de capital y un debilitamiento de sus monedas”, indicó la economista francesa.